Tres minutos del terremoto del 27 de febrero dejaron en Concepción una estela de escombros que incluyó ocho edificios con orden de demolición y otra decena con serios daños. Los costos de los trabajos fueron asumidos por el Ministerio de Obras Públicas que destinó más de $3.500 millones de pesos. Son las secuelas del inexorable paso del terremoto. Por años las torres abandonadas conformaron un sombrío telón de fondo que acompañó las calles. Son vestigios del sismo que poco a poco comienzan a desaparecer, aunque, para las víctimas, el fin de la deconstrucción no los tranquiliza.