El pequeño Joaquín tiene dos años y desde que nació padece una extraña malformación, pero hace algunos días lo hace llorar sangre. Sus papas buscaron un tratamiento durante un año y ocho meses en hospitales, pero hace algún tiempo lo intentaron en el sistema privado. Les pidieron un costoso examen, que no pudieron financiar. El mismo que ahora le realizarán en el Hospital Regional. Ya está internado y a la espera de este análisis que será fundamental para determinar su diagnóstico y tratamiento.