Una persona incógnita llegó a las fábricas, en su mayoría panaderías y supermercados, a comprar tres empanadas, las mismas que después fueron materia de evaluación de los expertos paladares de tres jueces de Inacap. Lo más importante a la hora de evaluar fue la presentación, sabor, color, textura de la masa, relleno y condimentos, pero no fue lo único, también se tomó en cuenta el peso de la empanada y su precio.