No sólo fueron 90 infartantes minutos. Fueron 21 años de espera. El marcador a cero le bastó a Iberia para derrotar sus propios fantasmas, esos que desde 1992 los acecharon impidiendo el ascenso. Esta vez se logró y la alegría contenida se desbordó en el Municipal de Los Ángeles.
El cuadro aurinegro es campeón de la Segunda División, pero esta vez, su tercer título consecutivo le otorgó el ascenso directo a la Primera B y el retorno al profesionalismo.