"Mi hijo estaba muerto. Yo lo supe. No lo podía sacar de la cabeza," dijo Dina Arias, en su testimonio prestado vía Internet ante el Tribunal oral en lo penal de Cañete, en la audiencia donde tres personas están acusadas del asesinato de Rubén Villagra Arias (24), crimen que ocurrió la madrugada del 10 de junio de 2012, en una casa de la población Los Canelos. El homicida, Víctor Aguila Napoli (22) acababa de descubrir que su ex pareja, con quien tiene un hijo, había tenido relaciones sexuales con Villagra Arias, mientras éste se encontraba en la cárcel de Osorno. En versión del propio imputado por homicidio, no sólo eso, sino que al encararlo en su habitación, Villagra le había asegurado que el niño que él creía su hijo, en realidad no lo era. ""Matame, me decía, y dejarás guacho a tu hijo. Después jugaba con el cañón de mi pistola, y me retaba a que le disparara. Ahí cerré los ojos y apreté el gatillo,"" confesó en estrado.
El Ministerio Público, sin embargo, no tiene antecedentes que haya existido un diálogo entre víctima y victimario antes del asesinato. Aguila Napoli luego cortó en pedazos el cuerpo de su amigo, se sacó fotografías y videos con los restos, para luego lanzarlos el un bajo cercano al nuevo hospital multicultural de Cañete, no sin antes rociarlos con bencina y prenderles fuego.
Como encubridores están acusados la ex pareja de Aguila Napoli, Verónica Aguilera (34) y el carpintero de Osorno Andrés Aguilar (39), quien fue consultado por teléfono sobre la forma de descuartizar un cuerpo. ""Todos son culpables, todos"", dijo Dina Arias, antes de cerrar su participación en un juicio que podría extenderse hasta el fin de semana.