En Buenos Aires no solo se respira. El tango se escucha en cada esquina. Sobre todo en la llamada "Esquina Carlos Gardel”. Está justo frente al Abasto, el antiguo mercado. Su fachada está intacta aunque ahora es la entrada de un moderno centro comercial. Allí se crió el el que todos llamaban “El morocho del abasto”. El mismo que frecuentaba restoranes y cafés que hoy son parte del circuito turístico obligado en Buenos Aires.