Nacieron y crecieron sin grandes dificultades. Fueron niños y jóvenes sanos, eso hasta que un día la vida cambió. Despertaron distintos, con grandes obstáculos, fue entonces cuando conocieron a la Teletón, esta vez desde dentro.
Es el caso de Francisca Pérez, tenía 16 años y estaba a días de comenzar cuarto medio. Salió con sus amigas para despedir el verano y en una discoteque la sorprendió el terremoto. Sobre ella cayeron muchas personas, Francisca se asfixió y quedó con graves secuelas.
Gracias a su fuerza, la de su familia y el trabajo de rehabilitación volvió a caminar. Así como ella, de los 4 mil 100 pacientes del Instituto Teletón de Concepción, el 15% no nació con una discapacidad.
Son niños y jóvenes que junto a sus familias encontraron mucho más que una mano amiga, una rehabilitadora que los acogió y consoló. Les permitió seguir creyendo, soñando, fortaleciendo su fuerza, una que les permitió volver a nacer.