Comenzó el desarme de las aldeas de Tumbes, las últimas que quedan en el país. La mayoría de las 132 familias damnificadas del terremoto y tsunami ya están habitando su vivienda definitiva. Será el primer invierno, después de cinco años, que pasarán en casa propia. A partir de ahora, dicen, volverán a tener privacidad, un baño y comodidades. Se espera que en dos semanas termine traslado y dejen los terrenos que les facilitó la armada.