Es algo más que el contacto físico dicen sus instructores, y se les traspasa valores a los niños junto con la rama de defensa personal. Las familias que acompañaron a los niños y jóvenes esperaron felices y orgullosas que estos fueran promovidos en sus niveles. Los principiantes parten en el cinturón blanco hasta llegar al negro tras arduas prácticas y aprendizaje.