Sus asados eran masivos, durante 50 años agasajó a los visitantes del balneario de Tongoy que llegaban a este evento gratuito para disfrutar buenos cortes y disfrutar con Espir Aguad.
Hoy se le recuerda con cariño, el empresario textil falleció a los 92 años, hijo de inmigrantes árabes, llegaron a Salamanca primero para después instalarse en Tongoy.
Pero, ¿por qué partió con esta iniciativa? El mito más popular que se comentaba era que los pescadores habrían salvado a uno de sus hijos, sin embargo, sus razones para concretar esta invitación cada verano, nunca las reveló, era parte de la magia de este hombre que se convirtió en un personaje, y quienes compartieron con él, lo describen como carismático y misterioso.
"Es una promesa personal, que no la puedo decir" declaró en ese entonces Espir Aguad.
Aguad junto a su señora llegó a Tongoy en el verano de 1962, después de ocho horas de viaje, en esa época desde Santiago, se instalaban en una carpa para pasar la temporada estival y cada verano volvía, en poco tiempo se volvió una celebridad.
"Hacía asados con cantos y guitarra, y yo creo que de ahí en adelante, mi papá empieza a hacer un asado en Tongoy todos los años, le gustaba compartir" comenta su hijo, Fernando Aguad.
Sus eventos eran los días 2, 4, o 6 de febrero, le gustaban las fechas pares, cultivó muchas amistad y con Raúl forjó un lazo desde que le vendió empanadas. Días previos a que se prendieran las parrillas, lo llamaban par aorganizar.
"Lo ayudaba siempre con temas logístico con delegación municipal" comenta su amigo Raúl Sanders, amigo de Espir Aguad.
Su legado y generosidad es recordado en la comunidad, además ayudaba de forma silenciosa a los de la zona, lo que sí fue público, es que apoyó económicamente a varios comerciantes que lo perdieron todo en el tsunami del 2015.
Espir Aguad falleció a los 92 años este 6 de febrero, hombre de negocios y deportista senior acumulando 141 preseas doradas, 200 de plata y 200 de bronce en distintas modalidades de natación.
"Es una tradición que no podemos dejar partir, para recordar a nuestro amigo Espir" comentó Raúl.
Lideró y organizó este tradicional asado por más de 50 años, hoy sus amigos y familiares reconocen que hay interés de sus nietos de seguir con esta iniciativa, que reuniía miles de personas en torno al conocido Espir, que partió con el secreto bien guardado, aún no se sabe qué lo hizo comenzar con este tradicional festejo.