Una dramática denuncia es la que hace una joven osornina, luego de que su pequeña hija de sólo cinco años, muriera tras sufrir una miocarditis al recibir diagnósticos errados.
Según relató Paulina Huerta al diario Austral de Osorno, una serie de irregularidades y diagnósticos mal hechos por parte del recinto asistencia, llevaron a la niña a presentar problemas cardíacos debido a padecer una influenza tipo B.
Todo comenzó el pasado 3 de octubre, cuando Pía presentó temperatura de 39,5 grados, por lo que su mamá la llevó al SAPU del sector de Rahue Alto, donde le diagnosticaron una faringitis aguda y la enviaron con reposo por tres días.
"Mi hija no bajó su temperatura, por lo que el martes 8 la llevé a la urgencia del hospital, le hicieron una serie de exámenes y no tuve un diagnóstico claro. Le dieron el alta y para la casa, y mantenían que era faringitis. Yo la vi que estaba muy decaída y presentía que algo más grave le estaba pasando", explicó.
Tras ello, la pequeña seguía presentando malestares, le costaba caminar y se quejaba de dolores musculares, por lo que el miércoles su madre volvió a llevarla al Cesfam de la población Quinto Centernario. En dicho recinto asistencial, la funcionaria que la atendió le indicó a la madre que su estado era delicado y que no era producto de la faringitis, por lo que la menor de edad fue derivada a la urgencia del hospital.
"La doctora del Cesfam la envió al hospital donde le hicieron diversos exámenes. Después de 18 horas me confirmaron que era influenza tipo B y que era necesario internarla para estabilizarla, ya que su condición era muy delicada. Ella presentó taquicardia, luego la pasaron a la UCI Pediátrica, donde se me indicó que debían ingresarla a pabellón porque había que poner un catéter para suministrar medicamentos", contó Paulina.
"Pasé la noche del miércoles en el hospital y el jueves me vine a la casa. Cerca de las 9 de la mañana me llamaron porque necesitaban una autorización para pabellón. Mi hija ingresó y pasadas las 10 de la mañana salió una doctora y me dice que hacía fallecido por un paro", continuó.
"No quiero que a nadie más le pase lo mismo que me ocurrió. Sé que será una batalla dura contra el hospital para aclarar lo que pasó con mi hija, pero le digo a las mamitas que exijan exámenes y que los médicos no sean arrogantes con lo que estudiaron y no se dejen llevar sólo por la ciencia, que también escuchen a los papás... Mi hija era especial y no se merecía morir", sentenció.
Desde la Dirección del Hospital Base de Osorno, indicaron que como el protocolo lo indica, tras la muerte de todo paciente menor a los 15 años, se realiza una auditoría. "Sobre este caso, actualmente está en investigación y una vez que culmine el proceso se podrá dar una opinión o declaración al respecto".