5 años atrás, la vida de Carolina cambió, una enfermedad la privó del 95% de su vista, terminó igual sus estudios de veterinaria y tras una larga espera consiguió un importante compañero, Railey, un labrador de Estados Unidos y cuyo valor era inalcanzable, pero que gracias a
una fundación lo obtuvo prácticamente gratis. Lamentablemente esa suerte no la tienen todos los discapacitados.
Ante ese problema es que son necesarias las fundaciones como Bartimeo, que se dedica a crear instancias de aprendizajes y desarrollo a quienes la vida les ha puesto esta traba.
Así hoy se instalaron en el centro de Temuco para mostrar los avances y labores de esta fundación.
Una de las grandes falencias de hoy en día pasa por la tolerancia y el respeto, algo que dicen es difícil de alcanzar si no experimentamos el mundo como ellos.