Visitaron a sus difuntos en el camposanto, pero en vez de encontrar sus nichos como de costumbre, ahora estaban, literalmente, anegados. Es lo que sucedió en el cementerio municipal de Lo Miranda, dispuesto en un terreno que presentaría filtraciones de la napa subterránea y de las acequias que circundan el recinto, hecho que decretó un sumario sanitario.