El pasado 9 de marzo se reportó la desaparición de "Luchito", un niño de 11 años que a eso de las 20:00 horas salió de su casa en la comuna de Palmilla, región de O'Higgins, para andar en bicicleta, pero nunca más volvió.
Su familia inició una búsqueda que incluyó rastreos personales y el apoyo de la policía, la cual tuvo como punto final el hallazgo del cuerpo en la orilla del río Tinguiririca, en la madrugada del 10 de marzo, presentando evidentes indicios de haber sido asesinado.
Fue el padre del fallecido, Luis Díaz Espinoza, quien dio con el cadáver y dio aviso a las autoridades, iniciándose las pericias e investigaciones del caso. Sin embargo, el paso de las horas permitió esclarecer y dar un vuelco en la indagatoria, luego de que el propio Díaz confesara ser el autor del crimen.
CÓMO SE CONCRETÓ EL CRIMEN
Antecedentes entregados por la PDI y la Fiscalía permitieron demostrar que fue Díaz quien terminó atacando mortalmente a su hijo con múltiples puñaladas y por la espalda.
Durante la jornada de formalización desarrollada este miércoles, se informó que el imputado envió diversos mensajes por WhatsApp e Instagram al pequeño para reunirse en la zona donde terminó muriendo.
Asimismo, el aludido pidió a "Luchito" borrar dichos mensajes para evitar ser sorprendido.
Sin embargo, fueron los familiares del menor de edad los encargados de revisar dichos textos luego de que este no llevara el celular al encuentro con su padre.
La Fiscalía, de momento, no ha entregado una versión sobre las motivaciones que habrían provocado al detenido realizar el acto.
Luis Díaz Espinoza fue formalizado este miércoles por el delito de parricidio, quedando en prisión preventiva durante los 120 días de investigación.