Fue el pasado domingo cuando se registró el fallecimiento del piloto de avión Rubén Barrientos Figueroa en la comuna de San Felipe, luego de sufrir dos infartos al corazón.
Tras su deceso, vecinos de la comunidad lo homenajearon con vuelos que dejaron una estela blanca en el cielo.
Barrientos, quien también era deportista e ingeniero eléctrico, estaba casado con Ximena Rivas Arenas, con quien tuvo tres hijas. En conversación con diario El Trabajo, ella señaló que "mi marido era un hombre maravilloso, y no porque sea yo su esposa, lo digo porque de verdad lo era".
Según lo definió Ximena, Rubén era "un soñador, una persona amante de sus hijas y de mí, muy amigo de sus amigos, hermano de sus hermanos. Siempre andaba con proyectos para la gente de la calle, proyectos para los niños que están vulnerados. De hecho, su proyecto futuro era hacer una fundación para ver niños en condición vulnerable. Ese era su proyecto para el próximo año y estaba ya muy metido con eso".
Además, la mujer dio a conocer que luego de una comida "así un poco de la nada, por decirlo, dijo '¿sabes qué? Si tuviera que morir en este momento, me iré súper agradecido con la vida. Yo no tengo nada en mi vida que haya dejado de hacer'. O sea, lo he hecho todo, todo lo que he querido, todo, todo. Mis hijas, mi esposa, la vida que he tenido".
Finalmente, según narró Ximena, el piloto señaló que "soy súper agradecido de Dios, cumplí mis sueños".