Durante los últimos días se ha generado una gran polémica a raíz de la autorización entregada por el Ministerio de Bienes Nacionales a un empresario holandés para que continúe realizando labores de búsqueda de un supuesto tesoro en el archipiélago de Juan Fernández.
Desde hace más de veinte años, Bernard Keiser está buscando en el sector del Parque Nacional Archipiélago Juan Fernández lo que correspondería a un botín de oro y joyas que está avaluado en, aproximadamente, 10 mil millones de dólares, es decir, $6,8 billones chilenos.
El origen de este tesoro sería que formaba parte de un cargamento del galeón español Nuestra Señora de Montecarmelo, el cual durante el siglo XIX trajo consigo el botín. Según relata Las Últimas Noticias, tras ello, la nave fue supuestamente encontrada por el almirante británico Lord Anson, quien habría enterrado el tesoro en la Isla Robinson Crusoe para posteriormente ser extraído por el barco Unicorn, del navegante Cornelius Webb.
Si bien la existencia de este tesoro aún no ha logrado ser verificada, existen diversas cartas intercambiadas en la época entre Anson y Webb, las cuales confirmarían que el oro estuvo a punto de ser trasladado a Inglaterra, pero esto fue imposible debido a una tormenta que habría obligado a Webb a enterrarlo en el sector de Puerto Inglés, lugar en el que se encontraría hasta la actualidad.
Cabe destacar que en caso de ser hallado, la ley establece que la distribución será de un 50 por ciento para el Consejo de Monumentos de Chile, y el otro 50% para el holandés.