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Presidio perpetuo para brutal femicida que había quedado en libertad

El Tribunal Oral Penal de Chillán condenó hoy a Carlos Merino González a presidio perpetuo simple por el crimen cometido en julio de 2020.

24horas.cl

Aton

Miércoles 3 de mayo de 2023

El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Chillán condenó hoy a Carlos Alberto Merino González a la pena de presidio perpetuo simple (mínimo de 20 años de cárcel), en calidad de autor del delito consumado de femicidio, crimen cometido en julio de 2020.

Merino González fue detenido a fines de mayo de 2022 en Arica, donde se había ido a vivir, y al ser formalizado el 31 de mismo mes, el Juzgado de Garantía de Chillán no acogió la prisión preventiva, por considerar que la evidencia no era suficiente para presumir la participación del inculpado en el delito. Sin embargo, un día más tarde, la Corte de Apelaciones de Chillán ordenó su prisión preventiva.

Este martes, en fallo unánime, el tribunal dio por acreditado más allá de toda duda razonable que el 6 de julio de 2020, alrededor de las 19:00 horas, "el acusado se reunió con su exconviviente, Gladys Ardila, con quien mantenía un hijo en común, en las afueras del terminal de buses La Merced de Chillán, trasladándose ambos, en el automóvil conducido por el acusado, quien procedió a agredir mortalmente a Gladys Ardila estrangulándola, causándole la muerte por asfixia, para posteriormente abandonar su cuerpo al interior del Canal De La Luz".

El tribunal aplicó, además, a Merino González las accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos, por el tiempo de la vida del penado, con costas.

Una vez que el fallo quede ejecutoriado, el tribunal dispuso que se proceda a la toma de muestras biológicas del sentenciado para determinar su huella genética e inclusión en el registro nacional de ADN de condenados.

La fiscalía destacó que algunos elementos relevantes para lograr este veredicto fueron el peritaje forense de la PDI, la declaración de testigos que dieron cuenta de actos de violencia de género contra la víctima como agresiones físicas y amenazas, el análisis del GPS del vehículo que conducía el femicida y grabaciones de cámaras de vigilancia.