La comuna de San Vicente de Tagua Tagua fue el escenario de una investigación del Observatorio Laboral de la Universidad de O’Higgins (UOH) que buscó analizar la inserción de las mujeres en la agroindustria local. Este sector se ha consolidado como un generador importante de empleo formal y estable en comparación con la temporalidad del empleo agrícola tradicional, ofreciendo a las trabajadoras mejores ingresos y una menor exigencia de formación o experiencia previa.
Sin embargo, el informe detalla que este avance en la formalidad del empleo femenino se concentra mayoritariamente en cargos operativos de línea, los cuales se caracterizan por presentar regímenes de turnos rotativos y condiciones laborales consideradas exigentes.
La doble dimensión: cuidado familiar como motor y barrera
El principal hallazgo del estudio se centra en lo que se denomina la "doble dimensión" que enfrentan las trabajadoras. María Cristina Hernández, analista cualitativa del Observatorio Laboral, explicó que las responsabilidades de cuidado familiar actúan como un factor dual en las decisiones de las mujeres.
Al respecto, Hernández señaló: “las responsabilidades de cuidado familiar son, paradójicamente, tanto el motor que impulsa a las mujeres a buscar la estabilidad en este sector, como la principal limitación que aplaza sus itinerarios laborales y dificulta la movilidad o el ascenso".
Pese a lo anterior, la investigación también logró identificar variables que sí favorecen la progresión de la mujer en la agroindustria chilena, tales como la capacitación continua, el apoyo recibido en el cuidado familiar, la flexibilidad horaria y la posibilidad de desplazamiento laboral.
Recomendaciones para el fortalecimiento del empleo femenino decente
Los resultados del análisis se traducen en una serie de propuestas concretas dirigidas a la política pública para fortalecer el empleo femenino en la agroindustria chilena de la región.
Entre las contribuciones clave, se sugiere formalizar y potenciar el empleo decente en el sector productivo. Además, el estudio enfatiza la necesidad de implementar programas de capacitación que demuestren pertinencia territorial y que permitan la construcción de itinerarios laborales flexibles.
Una de las áreas destacada para la intervención es la corresponsabilidad social del cuidado. Para abordarla con medidas efectivas, se propone la ampliación de la cobertura de salas cunas y la extensión de los horarios escolares.
Finalmente, el informe subraya la importancia de desarrollar programas de salud ocupacional preventivos y específicos para mujeres. Esto se considera esencial para mitigar el desgaste físico asociado a los turnos, la exposición a bajas temperaturas y los movimientos repetitivos, buscando promover trayectorias femeninas sostenibles en la agroindustria chilena.