Una situación conmovedora se vivió en el Hospital de Rengo luego de que un joven que estuvo 25 años hospitalizado en el recinto fuera dado de alta debido al avance de complejidad del centro asistencial.
La historia de Pablo está marcada por el abandono. Nació con un severo daño neurológico y fue abandonado por su madre, quién lo dejó a cargo de un matrimonio de adultos mayores que no se pudieron hacer cargo de sus necesidades.
A sus 14 años, Pablo llegó hasta el Hospital de Rengo y se quedó por otros 25 luego de que su familia adoptiva nunca más volviera por él.
Según contó Margarita Correa, asistente social del Hospital de Rengo, Pablo llegó en octubre de 1997 en estado de desnutrición grave, pesando 7 kilos. Asimismo agregó que este "estaba casi deshauciado para esa fecha y gracias al servicio de pediatría y todo el personal que estaba entonces, él logró vivir y estar así como está en su casa aquí en el hospital".
El entonces adolescente encontró en los funcionarios a su nueva familia, ya que estos lo acompañaban día y noche.
"El ha sido uno de los que lleva más tiempo, ha visto pasar a muchos funcionarios, ha compartido con muchos, y efectivamente todos han sido su familia, celebrando su cumpleaños, navidades", contó Margarita Sepúlveda, enfermera del recinto asistencial.
Gestiones del hospital
Según contó Correa, por años se intentó que Pablo fuera admitido en alguna institución que pudiera atender sus necesidades, pero esto nunca funcionó.
"Durante años se hicieron gestiones para que Pablo entrara a una institución que se dedicaran al tipo de patologías que tiene, pero en Chile casi no hay y quedó en lista de espera en el número ciento y tanto, y después por la edad no tenía acogida en ninguna parte", explicó la asistente social del Hospital de Rengo.
Por tal motivo, Pablo siguió como paciente del centro médico, pero hoy por hoy éste vive una serie de cambios que buscan ampliar su complejidad.
En palabras del director subrogante del hospital, Enrique Moraga, "estamos avanzando como hospital hacia otros niveles de complejidad, entonces se busca reinsertar a nuestros pacientes en un entorno que sea para desarrollo de ellos de forma personal".
Hoy Pablo tiene 39 años, está sano y fue trasladado en ambulancia hasta una casa de acogida en San Vicente de Tagua Tagua, la cual se transformará en su nuevo hogar. Incluso, los funcionarios del hospital dijeron que visitarían a uno de los usuarios más antiguo del recinto.