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¿Debemos tener reptiles como mascotas?

Aunque éstos se pueden adquirir en tiendas de mascotas y por internet, tener uno en casa puede ser muy perjudicial para ellos y también para los humanos.

By Joanna Klein New York Times News Service

© Richard Perry / The New York Times

Lunes 20 de noviembre de 2017

Reclinada en mi sofá en Brooklyn, busqué en mi computadora “comprar un lagarto en línea” y le di clic al primer enlace. Llené mi carrito con un dragón volador, un par de caimanes, una tortuga de orejas rojas, una rana punta de flecha y una serpiente jarretera albina.

Acepté los términos y condiciones, certifiqué que conozco las leyes que rigen la propiedad de reptiles (en Nueva York es ilegal que posea algunos de ellos), garanticé que comprendo las excepciones relacionadas con las tortugas bebé (pero no lo hago) y que no haría responsable a la compañía.

Lo único que tenía que hacer era dar un número de tarjeta de crédito y me entregarían las nuevas mascotas en la puerta de mi hogar al día siguiente. A algunos expertos que estudian el bienestar de los animales les preocupa que yo pueda comprar un reptil (o cientos al mismo tiempo), sin comprender a cabalidad en qué me estoy metiendo. Y esa solo es una parte de la discusión respecto a si es apropiado tener reptiles y anfibios como mascotas.

 

En principio, la justificación parece sencilla: si puedes mantener a un animal sano y feliz con una alimentación y espacio adecuados, entonces no debería importar si se trata de un perro, un lagarto o un gato.

Pero los animales varían tanto como sus necesidades. En lo que respecta a los reptiles hay inquietudes especiales acerca de su bienestar, la sustentabilidad ecológica y la salud humana.

Estos problemas se analizaron en una serie de artículos publicados recientemente en la revista Veterinary Record. Los autores esperan que los argumentos con base en la ciencia informen sobre las restricciones propuestas para tener animales exóticos como mascotas.

 

Hace un siglo, podías comprar un distintivo con una lagartija viva, una entre muchas formas de crueldad que se ejercieron sobre los reptiles. Hoy en día, las personas son más conscientes del bienestar animal y los guardianes y criadores saben más sobre la nutrición y la cría de los reptiles y anfibios.

Ha surgido una industria multimillonaria dedicada a cuidarlos, con una gran cantidad de veterinarios especializados en el cuidado de mascotas exóticas y la herpetología. Además del internet, los reptiles se comercializan en tiendas de mascotas, mercados de pulgas, con vendedores ambulantes y en ferias especializadas.

Los reptiles son mascotas populares pues son relativamente silenciosas, no despiden olores y son “compatibles con los estilos de vida modernos”, comentó Gordon Burghardt, herpetólogo especializado en conducta de la Universidad de Tennessee, Knoxville (ya que fue niño durante la década de los cincuenta, se inició con tortugas compradas en tiendas de diez centavos y con lagartijas).

Tener a estos animales es gratificante para sus cuidadores, inspirador para los científicos, importante para la investigación y es capaz de fomentar los esfuerzos para la conservación al mejorar la percepción pública de reptiles como las serpientes, que se han asesinado injustamente en el pasado, declararon Burghardt y Frank Pasmans, veterinario de la Universidad de Gante en Bélgica y autor principal de una reseña en la revista veterinaria.

 

Aunque hay preocupaciones acerca del impacto de los reptiles domésticos en la salud humana ⎯en especial, en hogares donde niños o adultos tienen sistemas inmunológicos débiles⎯, la mayor preocupación radica en el bienestar animal y el daño ecológico, dijo Pasmans.

En su camino a nuestra sala de estar, los reptiles y los anfibios sobreviven en primera instancia con métodos irregulares, y en ocasiones ilegales, de caza, cría, alojamiento y transporte.

En 2014, estudiosos, veterinarios y trabajadores a favor del bienestar animal investigaron a un importante proveedor mayorista de animales exóticos. El 80 por ciento, incluyendo reptiles y anfibios, estaban enfermos, heridos o muertos a consecuencia del hacinamiento, el estrés, la falta de higiene, deficiencias en la alimentación o casos de canibalismo.

“Los altos índices de mortalidad son el costo de hacer negocio con ellos, ya sea que se hayan cazado en la naturaleza o que se hayan criado en cautiverio”, afirmó Debbie Leahy, directora de vida silvestre en The Humane Society de Estados Unidos, quien no participó en el estudio.

La demanda de los coleccionistas de animales exóticos se traduce en una búsqueda de los proveedores por encontrar especies nuevas o no clasificadas en la naturaleza, una moda que se ha vuelto tan problemática que los científicos ocultan en sus publicaciones los detalles sobre la ubicación de las especies que estudian por temor a la caza furtiva.

Para sortear las normas comerciales internacionales, los coleccionistas deben declarar falsamente que los animales se criaron en cautiverio. La sobrexplotación también se vuelve un problema cuando la demanda es muy alta y es más barato capturar a los animales salvajes que criarlos.

 

Por motivos de conservación, se privilegia la cría en cautiverio a la caza silvestre. Pero no es ideal y podría generar problemas, como aumentar la susceptibilidad a enfermedades en ciertas especies o contribuir a la demanda de animales que se dice que fueron criados en cautiverio sin que sea verdad.

En casa es difícil darte cuenta de las necesidades de los inexpresivos anfibios y reptiles que evolucionaron para vivir en la naturaleza. Requieren de una temperatura adecuada, así como de determinada humedad, alimentación, iluminación y ejercicio, además de otras necesidades psicológicas y sociales específicas de cada especie.

Si cumples con estos requerimientos debes aceptar que tu mascota crecerá bastante y vivirá algunas décadas. Si no, probablemente muera durante el primer año, al igual que el 75 por ciento de los reptiles y anfibios que se llevan a casa como mascotas.

Los reptiles y anfibios no son buenas mascotas “y no deben ser parte del comercio de mascotas”, afirmó Lorelei Tibbetts, técnica veterinaria y gerente del Centro Médico para las Aves y los Animales Exóticos en Nueva York. La mayoría de las veces los pacientes llegan con problemas metabólicos o reproductivos relacionados con una alimentación o cría inadecuada, o con la vida en cautiverio.

No nos es posible cuidar a estos animales de modo que prosperen y tengan una vida digna”, añadió.

La gente descuida a los reptiles y anfibios que tiene como mascotas al igual que lo hace con las mascotas comunes. Pero incluso los mejores entornos terminan siendo una “privación controlada”, como sucede en el caso de las aves y los conejos enjaulados, o los acuarios, escribió Pasmans en su reseña.

Así como muchos propietarios proporcionan un cuidado de alto nivel para sus perros, gatos, aves o peces, es posible que, con mucho esfuerzo, cuiden de algunos reptiles y anfibios en casa, agregó. Por ejemplo, las pogonas o dragones barbudos se adaptan muy bien al cautiverio.

Clifford Warwick, biólogo consultor del bienestar de animales exóticos y autor principal de una columna de opinión en la revista, dijo que no podemos darles un cuidado adecuado porque desconocemos sus necesidades específicas. Aunque las supiéramos, la información errónea en internet lleva a los propietarios por un mal camino.

Es fácil comprar una mascota bonita por impulso, pero “cuando la gente se da cuenta de lo problemática que es, la abandonan”, afirmó Leahy.

Por lo general, las opciones para resolver un caso de mascota no deseada se reducen a su simple liberación. Las mascotas desechadas pueden causar estragos en ecosistemas donde no pertenecen. La tortuga de orejas rojas que me ofrecían en internet representa un gran problema en Europa y Asia.

Florida se enfrenta con el problema más grande de especies invasoras en el planeta, debido en gran parte al comercio de mascotas. Ahí, las iguanas han destruido infraestructuras de concreto y las pitones de Birmania han engullido especies comunes y protegidas, lo cual provocó una reacción en cadena de contagio de enfermedades.

A pesar de todas estas preocupaciones, los propietarios de reptiles y anfibios no desaparecerán antes que los propietarios de perros y gatos.

En el pasado, la gente ha presentado emotivos argumentos para darle un trato especial a las mascotas de piel resbaladiza que gozaban de mala reputación. Pero estos animales no son tan dañinos como su comercialización.

Quienes contribuyen con la reseña esperan que al prestar atención a los argumentos científicos se cumplan las leyes acerca de la propiedad de reptiles.