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La receta de Salma Hayek para mantenerse joven

La reconocida actriz nos revela cómo mantiene su piel saludable y por qué debemos ir a conocer a una masajista japonesa muy particular.

Bee Shapiro © 2017 New York Times News Service

Viernes 18 de agosto de 2017

Salma Hayek, de 50 años, irrumpió en Hollywood gracias a papeles en los que lucía su belleza física pero hace mucho tiempo que superó la etapa en la que solo actuaba en películas como La balada del pistolero.

Ahora se ha convertido en una mujer versátil: produce programas de televisión, dirige una marca de productos de maquillaje y cuidado de la piel llamada Nuance, invierte en la compañía Juice Generation y sigue con la actuación. Próximamente, aparecerá en la película de acción The Hitman’s Bodyguard. En esta ocasión, nos revela cómo mantiene su piel saludable y por qué debemos ir a conocer a una masajista japonesa muy particular.

Nunca me limpio la cara en las mañanas. Mi abuela me enseñó que por la noche tu piel repone todas las cosas que perdiste durante el día. Además, si me lavé muy bien por la noche, ¿por qué estaría sucia cuando me levanto? Lo que pasa es que las empresas quieren que utilices más productos.

Me lavo con agua de rosas que es muy suave y revitaliza la piel. Después me pongo humectante. Tengo un aceite de mi línea Nuance que me encanta. No me pongo bloqueador solar a menos que vaya a estar expuesta al sol todo el día. ¿Por qué? Creo que los químicos de los bloqueadores no son buenos para la piel. Me parece que solo hay que usarlos cuando los necesitas.

Por la noche, me desmaquillo con aceite de coco. Después utilizo el agua de rosas para eliminar los residuos. Puedes aplicar el agua de rosas con una toalla caliente (si quieres mete la toalla en el microondas) para crear un poco de vapor. Después uso el limpiador de manzanilla de Nuance. Luego me enjuago con agua fría. También tengo una mascarilla comestible de Juice Generation con flor de Jamaica que a veces uso. O puedes hacer una al mezclar un poco de avena con agua o leche de almendra y algo de miel. La dejas reposar y obtienes un limpiador muy bueno que suaviza tu piel.

Sin embargo, no me excedo con la exfoliación. Si lo haces muy seguido tu piel se verá bien durante un tiempo, pero no funciona a largo plazo. Veo a muchas mujeres en Los Ángeles que se han exfoliado tanto que su piel brilla. Yo utilizo una mezcla de sueros y aceites dependiendo del estado de mi piel ese día. Me encanta el suero Grand Millésime de Biologique Recherche o también utilizo el Précieux de Anne Semonin.

 

Durante el día, simplemente me pongo algo de base y me aplico un poco de lápiz labial en las mejillas. Por supuesto que me arreglo mucho más para el trabajo o cuando hablo con la prensa. Para esas ocasiones, me encantan los colores y texturas de los labiales de la línea Clinique Pop. Los acabo de descubrir. También uso muchos productos de Charlote Tilbury y siempre traigo un protector labial de Sisley en mi bolso. Kevyn Aucoin tiene una hermosa línea de rubores.

Hay un corrector que es maravilloso para usar en eventos. No tienes que usarlo todos los días porque cubre demasiado; no obstante, a veces lo necesito para la alfombra roja. Es el corrector de Cinema Secrets. También me he aficionado a las brochas de EcoTools.

En este momento estoy usando Charlotte Tilbury Scent of a Dream. Me parece fresco y alegre.

Es mi color natural y son mis canas naturales. Una de las razones por las que no me tiño el cabello es porque no tengo la paciencia de sentarme para hacerlo. No quiero desperdiciar lo que me queda de juventud pretendiendo ser más joven y, en consecuencia, no disfrutar la vida.

Voy a cortarme el cabello cuando estoy trabajando o haciendo promoción y el estilista me pregunta: “Por favor, por favor, ¿te puedo cortar el cabello?”. Lo mismo pasa con mis cejas. Crecen y crecen hasta que el maquillista me mira y ruega que le permita hacerles algo porque ya están muy pobladas.

Mi cabello es rizado y salvaje cuando no estoy trabajando. Utilizo el aceite para cabello de Nuance para tener rizos sedosos (y que no se enreden). En cuanto al champú y acondicionador, los cambio constantemente. Me gustan algunos de Aveda pero sé que es importante cambiar con frecuencia tus productos para el cabello. Si el mío amanece demasiado indomable, lo amarro hacia atrás, en una cola de caballo.

Conozco a una mujer japonesa de Tokio; su nombre es Mikiko. Ella viaja unas cuatro veces al año a París y Londres para atender clientes. No es fácil convertirse en su clienta. Le tengo una fe absoluta.

Su técnica requiere de cuatro manos, así que dos personas trabajan contigo. Te masajea la cara. Es un poco extraño cuando lo están haciendo. Tienes que decir “eee” y “aaa”. Cuando dices “aaa” una persona te jala la lengua y otra te jala y te soba la cabeza. Nunca había probado algo así.

Una vez me preguntó: “¿Quieres tener la mandíbula más recta o más redondeada?”. Cuando terminó, ¡se notaba la diferencia! Siempre pido la redondeada. Mi cara ya es bastante angulosa.

No me gusta el ejercicio. Me gusta bucear pero, en realidad, no es un ejercicio.

No importa cuál sea mi filosofía con respecto a la dieta porque nunca la sigo. No tengo esa disciplina. Creo que se debe a que estoy exhausta. Realmente quiero cambiar.

Tengo la ilusión de encontrar a un nutriólogo que no solo me diga qué debo comer, sino también cómo debo alimentar a los niños. Así todos seríamos saludables y comeríamos las mismas cosas, y no tendría que quebrarme la cabeza tratando de ver qué es lo que debe comer cada quién. Ese es mi sueño.

La única cosa que hago es que no como animales todos los días. Consumo todo tipo de carne pero lo hago con moderación. Nunca comería dos tipos de carne en un solo día. Algunas veces paso varios días sin probar carne, pero luego caigo otra vez. Una vez intenté probar la dieta cruda, pero mi cuerpo la odió.

A veces trabajo muy duro y solo quiero tener satisfacciones inmediatas en mi vida. Me guío por mis antojos, aceptémoslo.

Bee Shapiro © 2017 New York Times News Service