Click acá para ir directamente al contenido

Así se reconoce a un adicto a los videojuegos o las redes sociales

Expertos analizan en Chile las consecuencias del uso de las nuevas tecnologías y la forma de reaccionar antes de que sea muy tarde.

Agustín Benaprés

Sábado 3 de agosto de 2013

La tecnología avanza a pasos agigantados y con ello se descubren algunas patologías peligrosas que pueden llevar incluso a la muerte si hay excesos en su uso.

Un ejemplo es la instantaneidad de los mensajes en plataformas como Whatsapp, que pueden transformarnos en verdaderos "inquisidores" con los demás, por ejemplo cuando no se obtiene una respuesta inmediata cuando aparece el doble check en el chat o alguien aparece en línea pero se sospecha que hace como que no está conectado.

Algo parecido ocurre con los videojuegos, en los que no son extraños los casos de personas que pasan todo un día jugando y postergan, por ejemplo, las comidas porque se puede perder una etapa si uno se desconecta.

O con las redes sociales, que en demasiadas ocasiones se han convertido en sustituto del saludo por teléfono o en persona a un amigo cuando está de cumpleaños, pasando a hacerlo a través de Facebook, Twitter u otro medio.

Incluso a veces estando con una persona, ninguno se habla y están pendientes del smartphone, viviendo así una realidad virtual en vez de una vida real.

Son algunos de los problemas que se analizaron en el primer seminario internacional de relaciones responsables con las nuevas tecnologías organizado por Al Sur de Nosotros (red de salud mental e investigación).

Este corto escenifica a la perfección algunas de las malas conductas relacionadas con el uso de la mensajería instantánea de Whatsapp:

Spot muestra los peligros del fanatismo por el Whatsapp

Spot muestra los peligros del fanatismo por el Whatsapp

Relaciones peligrosas que se basan en aplicaciones de dispositivos móviles.

 

"RELACIÓN RESPONSABLE"

En conversación con 24Horas.cl, el director de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile, Daniel Martínez, afirmó que "acaba de aparecer por primera vez en el mundo el tema de la adicción al juego como algo ya validado por la experiencia científica y por la sociedad de psiquiatría, entonces estamos planteando una relación responsable con el juego y las nuevas tecnologías".

Según sus datos, casi la mitad de los chilenos tiene un computador y hay más de un celular por persona, lo que hace que la conexión que hay con internet y los videojuegos sea muy grande.

Lo peligroso es que "según estudios internaciones un 5% de la población abusa de las tecnologías y es un número preocupante", añade Martínez.

Para el catedrático de psicología clínica de la Universidad del País Vasco Enrique Echeburúa, "las señales de alarma de que una persona puede tener una adicción a un videojuego, al Whatsapp o a la utilización de un smartphone es por ejemplo, cuando una persona pasa muchas horas al día y es incapaz de poder parar a pesar de que se da cuenta que le está resultando perjudicial".

Echeburúa es uno de los líderes en España en la investigación sobre relaciones riesgosas con el juego y adicciones a nuevas tecnologías, y entrega varias claves para identificar las señales de alarma:

- Cuando uno tiene necesidad de ir al colegio o de dormir y sin embargo no puede detener la conexión.

- Cuando una persona abandona sus aficiones anteriores como si la persona es deportista y deja la actividad.

- Si deja de salir a la calle y se encierra en su habitación y está conectado con el mundo del computador.

- Si la persona se siente irritable con niveles que no puede controlar cuando no tiene posibilidades de conexión, porque no hay Wi-Fi o se le acaba la batería del smartphone o lo ha perdido.

Ambos expertos coinciden en que el entorno es muy importante, porque muchas veces las personas no se dan cuenta que están abusando del uso de la tecnología.

"El estar bajo una conducta adictiva hace que uno minimice, niegue o que no se de cuenta del problema", explica Daniel Martínez y expone un ejemplo de ello. "Cuando uno está en internet o conectado a algo, uno dice 5 minutos y termino. Y esos 5 minutos pasan a ser 10 o media hora, uno pierde la noción de tiempo, por lo tanto siempre es muy importante el aporte que puede hacer la familia para poner ciertas normas o conversar y los amigos en decir que se le está pasando la mano".

Es fundamental que la persona entonces observe sus propias conductas y al momento de sentir malestar o esa sensación de estar aislado sin una conexión, esa llamada dependencia psicológica es clave para preocuparse porque es el inicio de las dependencias.

AFICIÓN O ADICCIÓN

Enrique Echeburúa establece la diferencia entre una afición y una adicción."Lo que establece el límite es la interferencia grave en la vida cotidiana. Cuando una persona comienza a llevar a cabo una conducta y eso le crea problemas serios en su vida cotidiana en su relación con su familia, con su ocio, con el encierro en su habitación o con la práctica de conductas de sedentarismo que puede llevar incluso a una obesidad, eso quiere decir que estamos hablando de una adicción". 

Si bien este tema de las adicciones a la tecnología es relativamente nuevo, es un proceso que no se da de un día para otro. "La persona no se acuesta como una persona normal y se levanta como un adicto, esto es un proceso de transición" insiste Echeburúa.

Por eso es importante detectarlo de forma temprana y prevenirlo en la medida de lo posible porque tiene mejores resultados.

La clave es enseñar a las personas que las tecnologías ofrecen una serie de satisfacciones, nos hacen la vida más fácil, al nivel del trabajo, del ocio, de las relaciones sociales, de la búsqueda de información, pero también presentan un riesgo.

"Lo que es importante es que la dedicación de tiempo de una persona a su vida de ocio este equilibrada entre la conexión con las máquinas y la relación cara a cara con el mundo real" finaliza el profesor Echeburúa.