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Brazo biónico que se ajusta con un clic podría ayudar a amputados con actividades sencillas

El procedimiento, conocido como "osteointegración" (OI), involucró implantar una barra de metal en el hueso del miembro residual. La barra tiene un extremo que queda en el exterior, en el que se ajusta la prótesis al hueso de la parte superior de su brazo.

Agencia Reuters

© Reuters

Miércoles 31 de octubre de 2018

Edmund Rath, un austriaco de 53 años, quiere hacer cosas simples como cepillarse los dientes o rebanar el pan.

La mayoría de las personas da por sentadas tales actividades, pero no Rath, quien perdió su brazo justo abajo del hombro en un accidente de tránsito el año pasado que puso fin a su carrera como constructor. Esa desgracia fue seguida por un golpe de suerte.

Rath fue escogido por cirujanos austriacos como la primera persona que fue sometida a una única operación en mayo para instalar una prótesis que se ajusta con un clic y que el cerebro controla con señales que envía a la mano que la persona perdió.

El procedimiento, conocido como "osteointegración" (OI), involucró implantar una barra de metal en el hueso del miembro residual. La barra tiene un extremo que queda en el exterior, en el que se ajusta la prótesis al hueso de la parte superior de su brazo.

Durante la operación, que fue transmitida en vivo a un congreso de la especialidad en Viena, los médicos también tomaron los nervios que eran utilizados para controlar su mano y los conectaron a los músculos de la parte superior del brazo, un procedimiento conocido como Reinervación Muscular Selectiva (TMR, por su sigla en inglés).

Ahora, cuando Rath imagina mover su mano, los músculos de su hombro se contraen y electrodos ubicados en la prótesis leen los movimientos y ejecutan la acción.

El desafío de Rath es aumentar su fuerza y aprender las habilidades necesarias para hacer posibles las actividades consideradas "simples".

"No quiero cambiar el mundo, pero las cosas cotidianas son mi meta y quiero poder hacer esas cosas lo más pronto posible", dijo Rath a Reuters.

Su experiencia podría tener repercusiones globales. Millones de personas viven con amputaciones, incluidos dos millones en Estados Unidos. Expertos esperan que la cifra aumente debido a la creciente prevalencia de enfermedades como la diabetes.