China ha decidido controlar el tiempo que los niños pasan jugando videojuegos, por lo que ha tomado la determinación de prohibir que jueguen entre las diez de la noche y las ocho de la mañana.
Además, los niños chinos tendrán un total de 90 minutos como máximo para poder jugar, según indicó el gobierno. Asimismo, tendrán un límite de gastos, solo podrán ocupar un máximo de 200 yuanes al mes en videojuegos.
Al mismo tiempo, los niños tendrán que ocupar su nombre real en las plataformas de juego, y entregar sus datos personales a la red social WeChat, donde se identificarán con su carnet y número telefónico.
En el comunicado entregado por el gobierno, pidieron a los desarrolladores de juegos que "modifiquen el contenido, las funciones o las reglas" para que sean menos adictivos.
Con este control de la identidad y del horario del tiempo que ocupan los niños en videojuegos, se pretende que puedan ocupar tiempo en otras actividades, como jugar en vida real o estudiar.