Los niños tienen acceso a la tecnología mucho antes que generaciones anteriores, y muchas veces atracción y curiosidad hacia los dispositivos tecnológicos, como los smartphones y tablets, termina por afectar directamente a los padres.
Así lo revela un estudio efectuado por la compañía Eset, en donde se expone que un 28% de padres comparte el uso de sus dispositivos móviles con sus hijos menores de 18 años y un 27% ha tenido problemas derivados de una utilización inadecuada por parte de los más pequeños.
El estudio señala que los problemas más comunes corresponden a la eliminación de datos e información de los dispositivos, compartir información en redes sociales desde los perfiles de sus padres y el envío de mensajes utilizando cualquiera de las aplicaciones de comunicación.
Para evitar estos inconvenientes, desde la compañía de seguridad ofrecen una serie de consejos, como proteger los dispositivos con contraseñas o adecuarlos para los niños, agrupando las apps que ellos vayan a utilizar.