Las redes sociales tiene cosas buenas y malas. Lo positivo: nos permiten estar comunicados a toda hora. Lo malo: nuestra intimidad queda al descubierto y lo peor es que los padres pueden ver las travesuras que cometen sus hijos a través de la web.
Eso fue lo que le sucedió a la hija de la escritora norteamericana Reshonda Billingsley, quien tuvo que publicar un mensaje en su cuenta personal de Instagram admitiendo que había cometido un error que merecía que ella abandonara la red.
"Ya que quiero subir fotos sosteniendo una botella de licor, obviamente no estoy lista para las redes sociales, así que tomaré un descanso hasta que aprenda qué debo y qué no debo postear. Adiós :(", versaba el mensaje que, también, tuvo que ser expuesto en la página pública de su madre en Facebook.
El texto, publicado en una fotografía, tenía como objetivo castigar a la niña de 12 años, luego que publicara una imagen de ella sosteniendo un vodka diciendo "ojalá pudiera beber esto".
Reshonda, quien es la escritora de 25 libros súper ventas en Estados Unidos, señaló que su hija "vio como la fotografía se expandía a través de la web, pero ahora ve que si esa hubiera sido su foto con el vodka podría haberle arruinado la vida".
Agregó, en una entrevista con la cadena ABC, que obligó a su hija a someterse a ese tipo de humillación, porque "ella había sido advertida y creí que tenía que golpearla donde más le doliera". Señaló, además, que la pequeña le pidió unas nalgadas antes que tener que soportar la vergüenza pública.