Se tomaba una selfie con sus compañeros de la construcción cuando se resbaló de un séptimo piso. Wilmer Cueva, limeño de 32 años, no sobrevivió a la caída.
En la misma ciudad, cinco amigas se autorretrataban con el mar de fondo. El Pacífico estaba bravo y una ola arrastró a Adriana, de 17 años, hacia su interior. No sabía nadar. 12 horas después, la hallaron muerta en otra playa de la ciudad.
Son los dos últimos casos de selfies fatídicas que se han conocido este mes, pero las hemerotecas nos recuerdan los riesgos de buscar la imagen perfecta, olvidándonos de nuestra propia seguridad.
En noviembre del año pasado, una joven polaca de 23 años falleció cuando se cayó desde un puente en Sevilla (España). Pese a la indicación de peligro, se subió al borde para tomarse una selfie.
Meses antes, una estadounidense de 32 años se sacó una foto mientras conducía y la subió a su perfil de facebook. “La canción Happy me pone feliz”, escribió debajo. La encontraron muerta, pues su auto se salió del carril y se estrelló con un camión.
En Portugal, una pareja se fotografiaba desde un acantilado a 80 metros de altura, cuando perdieron el equilibrio y cayeron al vacío. En frente, la mirada atónita de sus dos hijos de cinco y seis años. Y en México, un joven se tomaba una selfie con una pistola, que se disparó accidentalmente.
Y EL AUTOCUIDADO, ¿DÓNDE QUEDÓ?
Revisando estas notas, parece que no nos basta con disfrutar del momento, sino contarlo al mundo entero por nuestras redes sociales. Nos olvidamos del “autocuidado”, detalla a 24horas.cl el gerente de Prevención de la Asociación Chilena de Seguridad, Arturo Cares.
“La precaución de nuestras acciones evita accidentes”, advierte. Pero no se trata sólo de ser responsables en un acantilado, en la playa o sobre un puente, sino en la vida diaria. En Chile, “más del 60% de los accidentes que se producen entre el trabajo y el hogar son por caídas, y en gran parte tienen que ver con el uso del celular”, apunta Cares.
Caminar mirando la pantalla o escuchando música a gran volumen impide concentrarse en lo que nos rodea. Una actitud más peligrosa aún frente al volante. El 50% de los accidentes fatales en nuestro país son de tránsito “y de ese porcentaje, hay un número importante que tienen que ver con la tecnología” que distrae, señala el prevencionista.
Es “difícil precisar”, dice Cares, cuánto de culpa tiene la tecnología en los accidentes. Pero las estadísticas de otros países pueden ser un buen barómetro.
En Estados Unidos, casi 15 personas mueren al día en accidentes de tráfico debido a la distracción del conductor y otras 1.200 sufren lesiones, según un informe del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades.
Este estudio apunta que las distracciones proceden del uso de tecnología o de comer o beber mientras se maneja. En el caso del primero, el 25% de los estadounidenses habla por teléfono mientras conduce y el 9% envía mensajes, frente al 3% y el 1% de los ingleses, respectivamente.
CONSEJOS PARA EVITAR ACCIDENTES
La tecnología tiene otro riesgo asociado: el ergonómico; es decir, las molestias o dolores del sistema óseo o articular, “debido a posturas inadecuadas y a la repetitividad” de las acciones, apunta Arturo Cares.
En este sentido, el experto señala una serie de consejos para evitar acciones irresponsables que nos podrían ocasionar “molestias, accidentes o incluso la muerte”.
1. En el auto, usar el cinturón, no usar aparatos electrónicos y concentrarse en la conducción.
2. No usar el manos libre, pese a que lo permite la ley.
3. Caminar sin manipular el celular para no distraerte del entorno.
4. Ajustar las alturas, el brillo y la distancia de los aparatos electrónicos, así como no adquirir malas posturas en los lugares de trabajo.