Un estudio liderado por Karla Pozo, académica de la U. San Sebastián y doctora en Ciencias Ambientales, reveló la presencia de plástico y poliéster en especies marinas chilenas.
De acuerdo a la investigación, que duró más de 10 años en su desarrollo, se pudo comprobar la existencia de agentes externos en el mundo marino, con especial énfasis en seres de orilla de costa, como el róbalo y el pejerrey.
Asimismo, la indagatoria señaló que en marisco filtradores se pudo notar productos químicos que son desechados al mar de manera directa o indirecta por el ser humano.
Si bien la indagatoria se centró en el Biobío, los mayores casos son en diferentes zonas del país, en especial el norte.
"Hay varios estudios que a nivel global han detectado partículas de plásticos en distintos tipos de alimentos, incluso en cervezas, peces y enlatados", afirmó la experta.
Igualmente, destacó que existe gran número de vestigios que demuestran las fibras de políester en peces, elemento que data principalmente de la ropa que usamos día a día.
"Al centrifugar, el agua se va al conducto de los residuos, llega al río y después al océano", dijo la aludida a LUN, complementando que "no de los principales temas que preocupación es que no somos capaces de visualizar a simple vista el microplástico y eso mismo ha generado alarma en distintos organismos internacionales".
Pozo reconoció al medio que tras el estudio "dejé de comer mariscos, me duele en el alma, porque era uno de mis alimentos preferidos. Pescados sí como".
"Hay estimaciones referidas a que uno come entre 74 mil y 121 mil partículas de microplástico al año, pero también están en el aire y un es capaz de inhalarlas. Es un problema a escala global", sentenció.