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Chile tendrá el 70% de la capacidad de observación astronómica mundial

La comunidad científica ya estudia la construcción de un telescopio chileno, lo que dará mayor autonomía a los investigadores y potenciará la industria y la ingeniería nacional.

Carmen Aguilar

Miércoles 8 de abril de 2015

Siete grandes telescopios, entendiendo por grandes los que superan seis metros de diámetro, se encuentran en nuestras tierras. Mientras que repartidos por el hemisferio norte, “hay una decena”, compara el director del Instituto Milenio de Astrofísica (MAS) y académico de la Universidad de Chile, Mario Hamuy, lo que supone que Chile tenga el “40% de la capacidad de observación mundial” actualmente.

Pero ese 40% quedará obsoleto en diez años. “En la próxima década, con los nuevos telescopios de 24 y 39 metros (de diámetro), concentraremos el 70% de la observación global”, afirma orgulloso el director del MAS.

Hamuy explica por qué los cielos chilenos son perfectos para la astronomía.

Hamuy explica por qué los cielos chilenos son perfectos para la astronomía.

Hamuy explica por qué los cielos chilenos son perfectos para la astronomía.

 

Se refiere Hamuy al European Extremely Large Telescope (E-ELT) y al Large Sypnoptic Survey Telescope (LSST), ambos operativos para 2024. Pero existen otros tres proyectos para esta década: el Telescopio Gigante Magallanes (GMT), el Telescopio del Cerro Chajnantor de Atacama y el Tokyo Atacama Observatory (TAO).

Sumados, “generarán una inversión de más de USD$3.000 millones”, informa Daniela Jara, de la Unidad de Proyectos de la División de Innovación del Ministerio de Economía. Si añadimos el capital ya en tierra,  la cifra sube hasta los USD$5.000 millones.

¿QUÉ APORTA AL DESARROLLO DEL PAÍS?

“El crecimiento del PIB normalizado por la inflación es directamente proporcional al número de científicos e ingenieros desarrollando en el país”, recuerda el profesor de la Unidad de Astronomía de la UDP, Roberto Assef, citando un artículo de la revista Science.

La astronomía no sólo ha sido el campo de fuertes inversiones y la puerta de entrada para tecnología punta, sino el motor del desarrollo científico. En 25 años, los astrónomos nacionales han pasado de 20 a 200, indica Hamuy, y los profesores universitarios se han triplicado en los últimos 10 años, hasta los 60, afirma Jara.

 

De esta “marca país” se benefician otros sectores, como el turismo, pero es hora de dar un “gran salto”, indica el director del MAS, y transferir oportunidades de desarrollo a la industria e ingeniería. El ecosistema es óptimo, falta que el Estado “se involucre en los procesos de tecnología punta y coordine a los diferentes actores”.

TELESCOPIO CHILENO

Es momento de “embarcarnos en un proceso ambicioso”, reitera Hamuy. Esto es construir un telescopio nacional. El proyecto en el que ya trabaja el MAS contempla uno de seis metros de diámetro, con capacidad espectroscópica. Sería un complemento para el LSST, que augura una avalancha de datos.

El director del MAS explica cómo funcionará el LSST y cómo se preparan para la era del Big Data.

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Actualmente, los científicos chilenos tienen reservado el 10% de las horas de uso de los telescopios que se encuentran en suelo nacional; tiempo escaso. Uno propio permitirá “definir nuestra propia agenda”, pero también abrir el sector a la industria y la ingeniería nacional.

Hamuy propone un Laboratorio Nacional de Ingeniería para la Astronomía.

Hamuy propone un Laboratorio Nacional de Ingeniería para la Astronomía.

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Las autoridades coinciden, y desde el Ministerio de Economía señalan que en 2015 se generarán “puntos de encuentro entre la astroingeniería y la industria”, pero también se trabajará en conjunto con los observatorios para conocer sus necesidades tecnologías y capacitar al capital humano.

Actualmente, de la inversión total en proyectos astronómicos, solo el 20% lo ejecutan empresas nacionales, informa la Oficina de Enlace Industrial. Incrementarlo es “uno de los principales desafíos para los próximos años”, indica Daniela Jara.

Hoy en Chile se invierte un 0,38% del PIB para Ciencia y Tecnología, lejos del 2,4% de la OCDE. Según concreta Mario Hamuy, a la astronomía se adjudican USD$10 millones en fondos concursables y otros USD$700.000 en exclusivos.

 

“No ha habido una inversión (pública) fuerte y comprometida para dar un impulso a la ingeniería chilena aprovechando las condiciones favorables”, critica. Al mismo tiempo, el académico de la UDP recuerda que el aporte gubernamental es imprescindible para el desarrollo de las llamadas ciencias fundamentales.

En las inversiones en ciencia, “los beneficios económicos llegan a largo plazo”, recuerda Assef, lo que hace poco atractivo la inversión para las empresas privadas. Sí ve, en cambio, posibilidades de aportes privados en el desarrollo de la tecnología. Precisamente, por eso Hamuy se muestra bastante optimista para alcanzar la meta y conseguir construir un telescopio chileno. Sus primeros cálculos cifran el costo en USD$70 millones, para lo que espera contar con financiamiento mixto.