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¿Deberíamos todos ser un poco psicópatas en el trabajo?

Según un psicólogo de la Universidad de Oxford, todos podríamos beneficiarnos de determinadas características de la personalidad psicopática. Pero su propuesta es polémica.

24Horas.cl TVN

Lunes 20 de mayo de 2013

Tim Bowler BBC

La mayoría de nosotros probablemente piensa en los psicópatas como maníacos blande-cuchillos a los que hay que tener tras las rejas.

Pero nos equivocamos. Muy por el contrario, podemos aprender de los psicópatas, según el psicólogo experimental de la Universidad de Oxford, Kevin Dutton.

"Es cierto. Incluso entre psicólogos como yo, cuando usamos la palabra 'psicópata', imágenes de temibles asesinos nos vienen a la cabeza", dice.

Sin embargo, el especialista cree que todos podríamos beneficiarnos de actuar de forma implacable, audaz, confiada, centrada, mentalmente fuerte, encantadora y carismática... Todas características del psicópata típico.

Ninguna de ellas es un problema en sí misma, señala Dutton. La situación se vuelve peligrosa cuando "todas esas características se intensifican demasiado: ahí es cuando el individuo comienza a convertirse en disfuncional".

"No estoy idealizando a los criminales psicópatas violentos, porque ellos acaban con la vida de otras personas", aclara Dutton.

Pero en su nuevo libro, "La sabiduría de los psicópatas", argumenta que adoptar ciertas características psicopáticas pueden ayudarnos a desempeñarnos mejor laboralmente.

Los psicópatas tienden a no tomarse las cosas personalmente "y no se autoflagelan cuando las cosas salen mal", dice.

"Si estás pidiendo un aumento de sueldo, es muy posible que te sientas ansioso. ¿Qué pasará si no te lo dan? ¿Qué pensará tu jefe de ti? Bueno, saca valentía de tus convicciones y simplemente inténtalo. No te concentres en lo negativo, sino en lo positivo", añade.

Para el psicólogo, al hacer aquello que proporciona más confianza, se incrementan las posibilidades de tener éxito.

PROFESIÓN DE PSICÓPATAS

Incluso una falta de sensibilidad para con los otros -común entre psicópatas- puede resultar útil en ciertos empleos y ocupaciones.

"Imagínate que tienes las habilidades que se requieren para convertirte en un gran cirujano, pero que no puedes mantener la distancia emocional con la persona que estás operando. Un doctor me dijo una vez que apenas piensas en que esa persona es la esposa o el marido de alguien, empiezas a caminar en una cuerda floja emocional", explica.

"Es el tipo de situación en que distanciarte de la gente puede predisponerte al éxito".

Muchos creen que estas características vienen de la mano de ciertos trabajos de alta jerarquía, como el de jefes ejecutivos, abogados o incluso periodistas.

También los políticos pueden tener su lado psicopático.

"Los políticos tienen que ser implacables para implementar sus ideas frente a la oposición", dice el profesor Dutton.

"Los más exitosos son aquellos que dicen lo que piensa la mayoría. Son brillantes para escurrirse dentro del espacio vital de la gente, son gatos piscópatas ladrones", añade.

PSICÓPATAS DE PSICÓPATAS

Sin embargo, otros especialistas argumentan que los psicópatas sólo representan el 1% de la población y que la definición de Kevin Dutton es demasiado amplia.

"Es incorrecto describir a estas personas como psicópatas. Se trata de una definición clínica", dice el profesor Cary Cooper, de la escuela de Gerencia de la Universidad de Lancaster.

Además, indica, los gerentes que acosan y presionan pueden lograr ganancias personales, pero sólo a costa del prójimo.

"No es que vayan a matar a nadie, pero indirectamente pueden ocasionar un daño a otras personas porque están demasiado centrados en su propio éxito y las necesidades de los otros les resultan indiferentes. Básicamente se trata de un estilo abrasivo de gerencia", dice.

Sin entrar en la definición de piscópata, Jonny Gifford, del Instituto de Personal y Desarrollo (CIPD, por sus siglas en inglés), coincide con Dutton en que podemos aprender de ciertas características mencionadas por el psicólogo de Oxford.

"A muchos no nos gusta jugar a la política en las organizaciones, pero tenemos que ser realistas y reconocer que a veces es necesario es ser políticamente astuto", afirma.

La clave, por supuesto, está en distinguir de antemano cuáles conductas son éticas y cuales no.

"Está muy bien decir que uno debe trabajar con apego a sus propios valores, pero los valores de uno pueden ser una porquería", dice Gifford.

CORTADORES DE PESCUEZOS

Mientras que aquellos que persiguen sólo sus propios objetivos pueden traer beneficios a la empresa en lo inmediato, en el largo plazo pueden convertirse en un problema para sus organizaciones.

"A ellos les va muy bien, pero el equipo sufre", dice Jonny Gifford, del CIPD.

Es importante darse cuenta de que siempre habrá gente dispuesta a cortarte el pescuezo en una organización, señala. Desde el punto de vista de la empresa, el reto es controlar esta clase de conducta, mantener a raya a ciertas personas para que tengan un impacto negativo con sus acciones.

Kevin Dutton es de quienes opinan que, a veces, ser implacable o carecer de empatía es exactamente lo que se requiere para manejar una empresa grande.

"Imagínate que tienes la cualidades estratégicas y financieras para ser un alto ejecutivo, pero careces de la falta de escrúpulos para despedir a personas que no están haciendo su trabajo, o la frialdad para capear un vendaval. Así nunca lograrás llegar a capitán del barco, ¿verdad que no?", insiste.

Pero para aquellos que sospechan que su jefe tiene tendencias psicopáticas fuera de control, aquí les va su recomendación:

"Si tu jefe tiende a a ponerle el pie encima a quienes están por debajo de él pero hace lo extraordinario para impresionar a quienes están por arriba, es hora de buscar otro empleo".