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¿Piel de gallina? Las seis reacciones incontrolables de nuestro cuerpo

Muchas veces nuestro cuerpo reacciona sin que podamos entender qué es lo que está pasando. De dónde viene la frase "mariposas en la guata" o qué sueñas que te caes y das un gran salto.

Sebastian Marchant

Jueves 17 de marzo de 2016

Cuando queremos aplaudir lo hacemos sin mayores problemas. Si queremos correr o saltar, nuestras piernas reaccionan para llevarnos al sitio que queremos ir o si quieres mandar un beso a alguien lo podemos tirar sin que tengamos que hacer un gran esfuerzo.

Pero así como podemos hacer cosas que nos proponemos, también hay momentos en que nuestro cuerpo toma el control y realiza una serie de acciones que para nosotros no tienen sentido y nos pilla por sorpresa. A veces nos deja en vergüenza, en otra nos demuestra que se está acomodando o que no hay alguna enfermedad que nos está afectando.

Aquí repasaremos los seis más comunes, de seguro has padecido más de alguno:

1.- La piel de gallina:

Si hay un cambio brusco de temperatura de calor a frío o sientes que hay una amenaza muy grande cerca, en cualquiera de esas dos situaciones la piel de gallina o pilorreacción llega antes que cualquier otro síntoma, y esto se produce porque los músculos asociados a cada uno de los pelos de la piel se han contraído.

"La piel de gallina es un fenómeno fisiológico que nos protege del frío aumentando la capa de aire encima de la piel y, por lo tanto, el aislamiento. Es el equivalente a ponerse un jersey", explica Josep Tur, profesor de fisiología de la Universidad de las Islas Baleares.

En el caso de sentirse intimidado, la intención de tu cuerpo no es que mantengas elevada la temperatura corporal, sino que ante el peligro parecer más grande y peligroso. Según tur, "ya hemos perdido mucho pelo respecto a otros primates, así que la piloerección no nos hace parecer tan feroces como ellos o como cuando un gato se eriza, pero es la misma respuesta a un estímulo exterior potencialmente dañino".

2.- Palpita un ojo

Quién no ha tenido esa incómoda sensación que casi siempre desaparece cuando pones una mano en tu ojo. Este fenómeno que hace palpitar tu ojo es un movimiento involuntario que se conoce como nistagmo ocular, que ocurre cuando la vista no logra adaptarse a los movimientos.

3.- Un dolor en el corazón

Los pinchazos que sentimos en el corazón o en la cabeza, que son imprevistos y repentinos, no tienen por qué se el síntoma de alguna enfermedad o patología. En condiciones que deben ser normal, un pinchazo es una reacción a una sobreestimulación del nervio craneal vago.

"Este nervio controla el sistema digestivo y el corazón. Y puede ser que debido a algún componente familiar, o simplemente a cansancio acumulado o estrés, se sobreexcite, dando lugar a sensaciones como la de 'me ha dado un vuelco el corazón", afirma el doctor Tur.

4.- Sueñas que te caes y das un salto justo cuando estabas durmiendo

Todavía no son muy conocidos los mecanismos que tiene nuestro sueño, pero una de las teorías que suma fuerza es que apuntan a que es un momento en que utilizamos para recuperar fuerzas. Para Josep Tur, este período se puede explicar como un "desfragmentado de disco duro en un computador: el sueño obedece a un reordenamiento interior de todos los recuerdos, sensaciones, memorias, entre otras".

Pero en estos procesos que aún no son tan estudiados, la fase REM ( de sus iniciales en ingles Rapid Eyes Movement) es el momento en que tenemos los sueños más intensos y hasta las pesadillas que tanto odiamos, y es aquí cuando nuestro cerebro está activo pero se mantiene inconsciente. "Seguramente, esa sensación de caída que se da aquí y está relacionada con el estrés y los distintos estímulos que hayas vivido durante el día, que reaparecen", dice Tur.

5.- Todo en silencio y tus tripas rugen como un león

Aquí hay que ser honestos y quien no le haya pasado algo similar que levante la mano, tome sus cosas y se vaya, pero como en realidad a todos en alguna vez nos ha tocado lidiar con esto vamos a explicar por qué pasa.

Este "león" interno es conocido como un borborigmo: "corresponde a un tipo de movimiento que el intestino realiza cuando estamos en ayunas", explica Juan Martinez Pinna, de la universidad de Alicante.

Tras comer algo se producen los movimientos peristálticos que permiten el avance de la comida. Pero cuando nos encontramos en ayunas, este movimiento se inhibe y se da otro "meneo", uno que se produce cada dos o tres horas y que aumenta a medida que la sensación de apetito va en aumento.

Para el experto este movimiento es para poder vaciar cualquier resto de comido que pudo haber quedado de la digestión y que prepara todo para volver a comer sin problemas en el estómago.

6.- Rojo como tomate, blanco como un papel y las mariposas dando vueltas en el estómago

El rubor en nuestro rostro es una reacción incontrolable y que solo se da en los seres humanos y en ningún otro ser en el mundo animal. su origen, el mismo que el de cuando nos ponemos blancos como una hoja de papel, está en el sistema nervioso simpático: "Las emociones de la vida cotidiana, sobre todo las intensas, se procesan en el sistema límbico en general y en la amígdala en particular, que controla el hipotálamo, que a su vez controla el simpático. Es el sistema que se activa en situaciones de riesgo y estrés físico o químico, pero también cuando oímos música o vemos a la persona amada", expone Martinez Pinna.

Ante una situación de estrés, dicho sistema se prepara para una lucha o también para huir y provoca que aumente el flujo de sangre en la musculatura y al cerebro, por eso disminuye en la piel y las vísceras: "De ahí que palidezcamos y, seguramente, también a esto se deben las mariposas en el estómago, pues se reducen las secreciones y la motilidad del sistema gástrico", explica.