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Cinco maneras bizarras para curar el dolor de cabeza

Electricidad, fuego y agua fría forman parte de algunas de las medicinas que se implementaban para curara la jaqueca en la antiguedad.

Mariángel Calderón

Sábado 14 de septiembre de 2013

A lo largo de la historia quienes sufren dolores de cabeza lo han intentado todo.

Desde poner electricidad en sus cráneos hasta prenderse fuego, los jaquecosos han probado todo tipo de medicinas para dejar de sufrir. Algunas de ellas, eso sí, bastante bizarras.

A continuación te presentamos las cinco curas más particulares de la historia:

1- Quemar tu cabeza

Naturalmente si tu cerebro está a punto de salirse de tu cráneo, lo lógico es prenderle fuego. Eso pensaba Arateus de Cappadocia, un médico de la antigua Grecia que recomendaba cauterizar la cabeza con fuego.

El procedimiento era sencillo, pero doloroso. Consistía en raparse y luego poner fuego directamente en el cráneo. Un tratamiento que era sólo aplicado cuando la jaqueca era persistente.

2- Poner un animal muerto sobre tu cabeza

Un antiguo físico del siglo X, pensó que la manera más sabia de poner fin a esos molestos dolores de cabeza, era colocando un animal o rata muerta sobre nuestras cabezas. Lo más probable es que el simple hecho de poner un cadáver en nuestro cráneo ya nos hacía pensar en otra cosa y no en el sufrimiento de la jaqueca.

3- Tomar un baño caliente

Esta parece ser una solución más placentera.

El científico Moses Maimonides, quien habitó esta tierra en el siglo XII, pensó que la mejor manera de frenar los dolores de cabeza era tomar un baño caliente con miel o azúcar en él.

El elemento dulce se evaporaría y eso provocaría la mejora.

Puede que las personas no se hayan curado, pero, seguramente, disfrutaron de un plancetero baño.

4- Agregar electricidad al baño

Si la miel no resulta, la Sociedad Holandesa de Ciencia, publicó en 1762 un artículo en el que proponía colocar electricidad en la cabeza para solucionar los dolores de cabeza. según ellos, la idea fue probada en América del Sur con esclavos que tras recibir las descargas no reclamaban dolor.

5- Agujerear el cráneo

Esta vieja práctica, también, fue utilizada para frenar las jaquecas.

Sin duda dolorosa y con muy bajas probabilidades de frenar el sufrimiento. Muy pro el contrario, aumentaba los dolores.