Científicos británicos descubrieron que las patas traseras de un insecto tienen una fisionomía que se asemeja al sistema de engranaje creado para las bicicletas o las cajas de cambio.
El Issus coleoptratus, es un insecto saltador parecido a las pulgas y posee articulaciones que giran de la misma manera que lo hace un engranaje creado por el ser humano. Su cuerpo estaría pensado para que cuando salte, sus patas lo hagan de manera sincronizada y así pueda alcanzar gran altura.
El fenómeno se debería a la llamada "presión evolutiva" que tienen todas las especies y la que genera que sus cuerpos vayan mutando de acuerdo a las necesidades que el medio ambiente les crea.