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"Cada 9 de noviembre": la historia detrás del "ramito de violetas" de Zalo Reyes

Fanáticos recordaron al artista nacional en redes sociales, en la fecha que consideran como el día nacional del 'Gorrión de Conchalí'.

24horas.cl

Miércoles 9 de noviembre de 2022

Como cada 9 de noviembre, la cultura popular chilena se vuelca a las redes sociales para recordar una de las canciones de Zalo Reyes que marcaron a más de una generación; "Ramito de violetas".

Esto debido a que la letra de la balada indica que cada 9 de noviembre le llegaban flores de este tipo a una mujer, y estas venían "como siempre sin tarjeta", desconociéndose quién era su remitente.

Debido a la popularidad de la canción, algunos de sus fanáticos catalogan esta fecha como el 'Día Nacional de Zalo Reyes'. Cabe recordar que el músico perdió la vida debido a un cáncer de páncreas en agosto del presente año.

Incluso el fallecido cantante compartió una íntima versión de este tema el pasado 9 de noviembre de 2021.

HISTORIA DETRÁS DE "RAMITO DE VIOLETAS"

A pesar de lo que se puede pensar, la canción en sí no fue compuesta por el 'Gorrión de Conchalí', pues orignalmente fue creada por la cantante española Cecilia en 1974, quien falleció a la corta edad de 27 años en un trágico accidente automovilístico.

No fue hasta 1985 que el destacado artista nacional popularizó el hit que se transformó en una de las canciones más populares de nuestro país.

¿QUIÉN ESTABA DETRÁS DEL RAMO DE VIOLETAS?

Conforme va avanzando la canción, es la propia letra de la balada romántica desenmaraña el misterio de quién era el desconocido que le enviaba las flores a la mujer.

Esto debido a que se comienza exponiendo que "era feliz en su matrimonio, aunque su marido era el mismo demonio, tenía, el hombre, un poco de mal genio ella se quejaba de que nunca fue tierno".

"¿Quién te escribía a ti versos? dime, niña, quién era, te mandaba flores en primavera (...) pues él es quien le escribe versos, él es su amante, su amor secreto, ella que no sabe nada, mira a su marido y luego se calla". La tonada termina en que, finalmente el hombre anónimo que le enviaba los ramitos de violeta, era su propio marido.