Victoria y David Beckham causaron revuelo por construir una playa privada dentro de su residencia –que está avaluada en más de $16 mil millones chilenos–, desatando una nueva controversia en la serenidad rural de los Cotswolds.
La tranquila zona residencial se alteró luego del estreno del documental de Netflix de la ex Spice Girls, pues durante una conversación entre la pareja, los espectadores notaron que una especie arena blanca contrastaba con el paisaje verde de la zona, revelando la existencia de una playa artificial.
Los vecinos rápidamente acusaron una posible violación de las normas de planificación y, para mala suerte del afamado matrimonio, sí superaron los límites de lo permitido.
Y es que según los permisos, los Beckham podían construir un lago ornamental, pero la condición era que debía integrarse al ambiente natural, sin elementos de aspecto costero ni intervenciones artificiales.
"Es un elemento fuera de contexto y una falta de respeto hacia quienes cumplen las normas", comentó una fuente local al diario The Sun.
En virtud de esta denuncia, el Consejo de Distrito de West Oxfordshire confirmó que recibió una denuncia formal por presunta infracción urbanística, pero los Beckham aún no han recibido notificaciones oficiales.