Amparo Muñoz, la única española coronada Miss Universo, vivió una historia marcada por el éxito y un destino profundamente trágico.
Con sólo 18 años, dejó su casa tras ser elegida Miss España en 1974 y viajó a Manila, Filipinas, donde se convirtió en la ganadora del certamen internacional. Sin embargo, aquel triunfo que parecía abrirle un futuro brillante terminó convirtiéndose en el inicio de sus mayores pesadillas.
"Salí de casa con 18 años y volví, enferma, a morir entre los míos", confesó siete años antes de morir en su libro de memorias La vida es el precio (2005).
La intensa presión mediática, las estrictas exigencias de la organización y la pérdida de su libertad la sumieron en una profunda depresión. Tal fue su angustia que, apenas seis meses después de recibir la corona, renunció al título al negarse a realizar un viaje a Japón.
Durante ese periodo, fue obligada a mudarse a Nueva York, tenía sus comunicaciones controladas e incluso recibió propuestas relacionadas con la prostitución. Los lujos y la ostentación del certamen tampoco encajaban con su personalidad, y en su libro, La vida es el precio (2005), confesó haber vivido esa experiencia con mucho terror.
"Después de 30 años, todavía recuerdo con terror mi experiencia como Miss Universo", contó, agregando que "tanto que aprendí a dormir sentada: tumbada en la cama daba una cabezada durante una o dos horas y enseguida volvía el pánico a todo lo que me estaba ocurriendo, a todo lo que veía".
Su renuncia le costó dinero, estabilidad laboral y la promesa de una carrera internacional. En su intento por centrarse en la actuación, terminó participando en pel cine erótico, pero sus malas experiencias no acabarían allí.
Después de fallidas relaciones amorosas, Muñoz se sumergió "en el laberinto de las drogas" y problemas legales.
Tras vivir una compleja etapa, a los 51 años fue sometida a una delicada intervención cerebral de la que nunca se recuperó por completo.
Amparo Muñoz murió en 2011, a los 56 años, tras una vida que, pese a la gloria inicial, estuvo marcada por el dolor, la pérdida y una lucha constante por recuperar su identidad.
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