Mientras muchos adolescentes sufren bromas y burlas en sus escuelas porque sus cuerpos no se desarrollan o porque están fuera de forma, otros pueden ser víctimas del cruel bullying por exactamente lo contrario.
Es el caso de Georgina McConnell, de 19 años, una joven británica que desde los 14 comenzó a entrenarse en un gimnasio.
"En un principio, como la mayoría de las niñas, quería verme delgada y tonificada por lo que muchas de las cosas que hice en el gimnasio fueron ejercicios de cardio y con pesos muy ligeros", escribe la joven en su página de Facebook.
Después de un tiempo Georgina comenzó a ver cambios y notó que su cuerpo tenía facilidad para ganar musculatura. La motivaron a seguir un entrenamiento de fisicoculturismo y en 2012 participó en su primer torneo, donde obtuvo un meritorio segundo lugar.
En la competencia llamó la atención de entrenadores, jueces y otros competidores, que vieron en ella una joven promesa para la especialidad.
"Mi confianza aumentó, y sentí y me demostré que tengo talento y potencial para este deporte (…) Realmente siento que pertenezco a esto y que es algo que me apasiona", escribió en su página.
Sin embargo, y pese a sus logros, Georgina comenzó a ser blanco de burlas de sus propios compañeros de escuela, que comenzaron a dejarle terribles mensajes sobre su "aspecto masculino", sus extraños peinados, por no tener novio y por parecer un "bicho raro".
Ella, lejos de intimidarse, y con la confianza que ha ganado practicando deporte, agradeció los mensajes positivos que también recibió, y para aquellos desagradables escribió: "No voy a pretender que no leí las horribles cosas que me han escrito. No me importa si les gusto o no. Tengo 19 años y por comentarios así muchas jóvenes de mi edad viven en un infierno que las hace caer en depresión, las fuerza a cambiar su aspecto y a sentirse poca cosa. Yo estoy contenta con lo que soy, sé lo que valgo y lo que hago lo estoy haciendo por mí. Yo soy feliz".
Y sobre su vida romántica, agregó: "No tengo novio en este momento y creo que es porque mi hobby, algo inusual, los aleja (...) Pero mientras algunos se intimidan por mis músculos, a otros les atraen... Es cuestión de gustos", publica Gawker.