Quieren lucir con George Clooney, Ryan Gosling o los jugadores de los Red Sox de Boston.
La barba está de moda. Ha pasado de ser una tendencia 'hipster' a convertirse en un sello de distinción y modernidad en Estados Unidos. Todo vale para conseguir un look más varonil. Para estar a la moda, es necesario llevar una tupida barba. Tanto que en Nueva York se ha disparado la demanda de implantes.
Los ejecutivos quieren resultar más agresivos. Los jóvenes, parecer más mayores y masculinos. La barba representa valores como virilidad, sabiduría y estatus social. Por ello las consultas sobre injertos capilares han experimentado un gran crecimiento. El trasplante de vello capilar a la cara es la solución para los imberbes.
Una tendencia no es precisamente barata. Implantarse una barba completa cuesta entre 7 y 8 mil dólares. Si lo que se necesita es un relleno o disimular esas zonas en las que el pelo no crece tanto, el precio puede rondar entre los 2 mil y los 3 mil dólares.
Los expertos aseguran que el proceso quirúrgico no es muy distinto al de cualquier injerto capilar. El pelo, aunque no es del mismo calibre, da un resultado muy natural. No es una operación dolorosa, sino que, con una sencilla anestesia local, se lleva a cabo y un día después el paciente está como nuevo.
Hasta el momento, los implantes de barbas solían estar reservados para pacientes con quemaduras, acné o cicatrices, con que la barba se veía interrumpida, o personas que quería mejorar su vello facial tras un cambio de sexo.
Pero ahora, el nuevo paradigma asegura que los hombres sin afeitar triunfan más. Los de 40 años de edad piden una barba como la de Brad Pitt, mientras que los de entre 20 a 30 años quieren una barba al estilo de David Beckham.
Ben Affleck en "Argo"; George Clooney en "Syriana". Ambos ganaron un Oscar con barba. Jared Leto o Bradley Cooper la lucieron en la última gala de los Oscar. Los barbilampiños ansían tener su imagen. Y no sólo barba, también se realizan implantes de bigotes, patillas o cejas.