Podrían haberlo hecho como siempre, encerrados en un estudio, repitiendo las tomas las veces que sea necesario. Solos, sin testigos ni distracciones. Sin que nadie interviniera en un proceso tan íntimo como la grabación de un disco. Pero los cuatro de Café Tacuba querían una aventura distinta que les permitiera renovar la energía y sentir el mismo nervio de sus inicios, para seguir alargando una historia que supera los 20 años. Así llegaron a la decisión de grabar su nuevo álbum en sesiones con invitados, programadas en cuatro de sus ciudades favoritas.
Después de Buenos Aires y antes del Distrito Federal y Los Ángeles, los cuatro compañeros de mil batallas llegaron a Santiago con sus instrumentos y consolas para grabar una reunión musical que tuvo lugar en el Bar Liguria de calle Manuel Montt. Porque ese local les encanta, porque han hecho muchos amigos y porque fue el primer país fuera de México en acoger a la banda, los tacubos pusieron a Chile en la gestación de un trabajo que llamaron "El objeto antes llamado disco", programado para salir durante el último trimestre.
El grupo que un día anotó el récord de reunir a 170 mil personas en el Zócalo del D.F., figuraba esa noche de fines de junio en el bar, rodeado de apenas 50 personas con las que compartieron la mágica experiencia de ofrecer sus nuevas canciones con una emocionante mezcla de concentración y goce. Desde el segundo piso, comandaba los controles el ingeniero Joe Chiccarelli (U2, Beck, Elton John), mientras abajo, Rubén Albarrán, Emmanuel del Real más los hermanos Joselo y Quique Rangel, daban lo mejor que tenían para lo que será el disco número 11 de la banda, que ya tiene un adelanto en video de la canción "De este lado del camino", extraído de la sesión en Santiago.
Lo que Café Tacuba probó en este viaje, fue mucho más que poder sacar adelante un disco en vivo con público. Fue la demostración de que estos cuatro tipos con status de estrella, juegan en el sentido inverso a lo que dicta el manual del rockstar. Que su grandeza está en no marearse con el éxito y seguir adelante con la generosidad y oficio propio de los grandes. De las bandas con alma.