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Cura entre los muertos

Al morir una persona las células no perecen, sino que quedan en un estado de hibernación.

Cristián Jara

Miércoles 13 de junio de 2012

Un gran avance que podría ser un aporte significativo en el tratamiento de enfermedades tan graves como la leucemia fue realizado por científicos franceses, luego de conseguir reanimar células de cadáveres de una data de muerte de 17 días.

El estudio demuestra que estas células no perecen con el fallecimiento de la persona, sino que sólo reducen su actividad al mínimo quedando en estado de hibernación. Estos organismos puede ser trasplantados y así transformarse en otros nuevos en perfecto estado.

"Esa reserva de células madre podría servir para hacer trasplantes de médula ósea, utilizados en el tratamiento de leucemia y enfermedades sanguíneas, entre otras afecciones, que siempre carecen de donantes", señaló el profesor Fabrice ChrétienLibération.

Según el científico, a pesar del descubrimiento, todavía falta detectar si estas nuevas células generadas después del trasplante -en perfecto estado al menos en apariencia- esconden malformaciones aún no detectadas.