Para que los pequeños y grandes de la casa disfruten de la piscina es importante tomar ciertas precauciones.
"Los menores deben estar siempre bajo la supervisión de un adulto y después de los 4 años se les debería enseñar a nadar, además de usar chalecos salvavidas", señaló la Doctora Sonia Schneider, pediatra de Vidaintegra.
El acceso a las piscinas siempre deber estar resguardado por una reja de seguridad de al menos 1.50 metros de altura y que los barrotes de separación no excedan los ocho centímetros entre ellos.
"Cubrirla cuando no se utilice y poner atención a los bordes o al lugar donde esté instalada en el caso de que sea una piscina desmontable", recalcó la Doctora Schneider.
Evite que los niños se expongan al sol sin utilizar bloqueador solar, además no deje que los baños sean muy prolongados, ya que pueden producir problemas respiratorios y a la piel.
"Esto ocurre porque el cloro es un irritante de las mucosas ocular, nasal y bronquial, lo que en niños sanos aumenta la reactividad de los bronquios y en los asmáticos puede elevar la hiperreactividad bronquial", explicó la pediatra.
Otro de los riesgos más comunes son: los accidentes por inmersión, los traumatismos por caídas o golpes contra el borde de la piscina o con el fondo de la piscina a raíz de los piqueros, las enfermedades infecciosas digestivas, a la piel, respiratorias, enfermedades producto el exceso de cloro y la otitis externa.
Es por eso que la especialista recalca la importancia de que los padres tengan algún manejo o ciertos conocimientos de resucitación cardiopulmonar y rescate de ahogados.
"Existen organizaciones como la Cruz Roja que realizan estos cursos. Asimismo es importante que tanto los padres como las personas que están a cargo de niños como hermanos mayores o asesoras del hogar, sepan qué hacer y dónde recurrir en el caso de una emergencia", enfatiza la especialista.