¿Te imaginas acudir a tu propio funeral? Terrible, ¿verdad?
Pues esa sensación experimentaron un grupo de personas, en el marco de una campaña del Instituto Belga de Seguridad.
Los protagonistas fueron personas reales que fueron multadas por exceso de velocidad o conducir bajo los efectos del alcohol. Todos ellos, con la excusa de reunirse con un amigo, terminaron participando en su propia despedida, sin saberlo.
Ya presentes en el acto, un miembro despedía al difunto con palabras que era dirigidas a los "invitados especiales", que sin saberlo acudían a su propio funeral.
Los conductores imprudentes se quedaron sin palabras, llegando a las lágrimas cuando escuchaban la manera en que serían recordados y todo por culpa de accidentes automovilísticos que acabaron con su vida.
La campaña que se titula "He went too fast" ("Él iba demasiado rápido") y quiere concienciar sobre la incidencia del exceso de velocidad en los accidentes automovilísticos, que se ha lanzado justo antes de las vacaciones de Semana Santa.
La lección que estos conductores aprendieron al pagar la multa no se compara con la que recibieron en esta sorprendente campaña.