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El impredecible luto de Radiohead

Manuel Maira analiza el complicado momento por el que atraviesa la banda británica.

Manuel Maira

Jueves 21 de junio de 2012

Scott Johnson era un tipo encantador. Unhombre alegre, optimista y solidario. Así definió Phil Sellway de Radiohead altécnico de batería del grupo que murió a sus 33 años en el accidente ocurridola previa del concierto que el grupo ofrecería en Toronto el sábado pasado. Elescenario se desplomó una hora antes de la apertura de puertas del Downsview Park,donde llegarían unas 40 mil personas. El concierto fue cancelado y la banda deOxford quedó destrozada.

Hay cosas de los músicos que no se ven asimple vista: ser popular o encaminarse a ese status, va de la mano con unavida nómade, con una rutina de hoteles, aviones, buses, minibuses, aeropuertos,dietas irregulares, sueños cambiados, trasnoches y tentaciones. Una vida conmuchas millas recorridas y pocas raíces. Ahí, la banda y su equipo, se hacenverdaderas familias compartiendo mucho más que un simple trabajo.

Por eso que el accidente del técnico deGustavo Cerati que en el Festival de Viña 2007 perdió buena parte de una manotrabajando en el escenario, le dio a esa gira un tono triste imperceptible parael público. Más cerca, la muerte de un roadie de Saiko cuando la banda volvía deun show para la campaña presidencial de Michelle Bachelet en el sur y su buscayó al río Maipo; y la partida de un técnico de Lucybell el año pasado a causade un cáncer, fueron duras internas de artistas que el gran público solo conocecuando se prenden las luces.

Este año, Radiohead había recuperado lasganas de salir al camino con la gira más grande desde 2008 con 58 shows en 10meses. Ese recorrido era mucho más que su regreso a los escenarios. Era eltérmino de las etapas más desconcertantes de su carrera al sacar un disco (“Theking of limbs”) que en tres años no tuvo promoción algunani presentaciones en vivo. El dolor profundo inspira y lo cierto es que los de Oxfordestán destrozados. Pero cómo enfrente el luto una banda tan única eimpredecible como Radiohead, es una interrogante tan abierta que ni siquieraeso de que “el show debe continuar”, puede acercar una respuesta.