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El miércoles, el día más "proclive" para ser infiel

Estudios intentan identificar las causas de este tipo de conducta. Desde una herencia genética hasta cierto tipo de narcisismo. ¿Es posible explicar este tipo de actos?

Fernando Jimenez

Jueves 5 de junio de 2014

A la hora de hablar sobre la infidelidad existen muchos temas tabú y cierto tipo de estadísticas que nunca han sido comprobadas. ¿Las mujeres son menos infieles? ¿Es más fácil descubrir una infidelidad de los hombres? Si bien saberlo resulta una tarea bastante titánica, varios estudios científicos han intentado dar con las tan ansiadas respuestas.

Y, claro, algunos de sus hallazgos resultan sorprendentes. Un grupo de investigadores de la Universidad de Florida relacionan el narcisismo con la infidelidad en las primeras etapas del matrimonio.

 “El narcisismo sexual (algo así como la auto-imagen de las capacidades sexuales) está positivamente relacionado con la infidelidad”, sostienen, después de haber examinado las respuestas de 123 parejas.

¿Un gen?

Otros estudios aprobados muestran que es posible hablar de genes de la infidelidad, pues el comportamiento depende en parte de las variaciones genéticas relacionadas con la motivación y las rutas de recompensa en el cerebro.

Investigadores de la Universidad de Binghamton descubrieron que se trata de un gen muy variable que parece ser “un factor influyente” a la hora de modular lo infiel que es una persona.

Según explican, la selección natural escoge una u otra variante del gen en función de lo «ventajosa» que es la monogamia. Pero aclaran que la sexualidad, el comportamiento social y la genética obligan a tomar estos resultados con cautela.

¿Dónde y cuándo ocurre?

Según datos que la empresa de contactos “Ashley Madison”, en 172.000 usuarios de Estados Unidos, “el 68 por ciento de los adúlteros comete infidelidades en el trabajo, y gasta una media de 1,17 horas en hacerlo”.

Y, ojo, existen momentos “ideales”: según confiesan, los miércoles por la tarde son los días favoritos para tener aventuras. De hecho, unos científicos de la universidad de Harvard, hablan del “efecto moralizador de las mañanas”, ya que, según explican, “las experiencias cotidianas asociadas con la vida rutinaria pueden reducir la resistencia moral a las tentaciones”.

FUENTE: ABC.ES