Veinticinco mil fanáticos esperaron ansiosos que los problemas de sonido se superaran para ver a Blur en la Pista Atlética del Estadio Nacional.
Habían esperado por muchos años ver a los ingleses y pudieron esperar un poco más hasta las 21:45 horas, momento en que Damon Albarn, Graham Coxon, Alex James y Dave Rowntree salieron al escenario para primero, antes que la música llenara los oídos, dar un mensaje de apoyo a su amigo Frank, detenido en Rusia por defender el Ártico junto a Greenpeace.
"Girls and Boys" inició el viaje y la fiesta que, a ratos, provocó el delirio con éxitos de la talla de "There's no other way" o "Coffe and TV".
La voz madura de Albarn y su incombustible entusiasmo, el que también bajó cuando fue necesario dar un respiro para canciones como "To The End" o "This is a Low", se mezcló a la perfección con un gran coro, vientos y sus músicos, quienes fueron el acople perfecto para una velada inolvidable.
El set list esperado de principio a fin se vió potenciado con una versión de "Country House" sobre la reja de la primera fila, caos para los guardias y éxtasis para los fans, o la rara versión de "Parklife", junto al actor Phil Daniels.
La jornada siguió como se esperaba con una batería de hits como "Beetlebum", "Out of Time" y "Popscene", una renovación del sonido de los noventa ante un público entregado desde los primeros acordes. Incluso desde antes de eso.
Dieciocho canciones que mostraron lo vigente del pop británico, ese mismo que pudo dar un gran giro musical desde la gran interpretación de la bella "The Universal", a una brutal y sin control "Song 2" para dejar el final en lo más alto, el cierre del idilio de Chile con Blur.
Así, con el "Buenas noches" de Albarn, finalizó el show de una de las visitas más esperadas del año. Blur pagó su deuda y estuvo en Santiago al fin.
Beck, el inclasificable
A las 20 horas salió a escena puntualmente el californiano, Beck, artista que cautivó con su estilo sencillo y su paso por ritmos tan disímiles como el pop, rock, electrónica e incluso un poco de folk al ritmo de la armónica.
Un "Hola" dio paso a la recordada "Devil's Haircut", primer corte que llamó a los fanáticos a renovar votos y a los no tanto, a reconocer la calidad musical y vocal de Beck y su banda.
Traje negro, polera y sombrero fue el vestuario escogido para la Pista Atlética del Estadio Nacional que a esa hora aún no se repletaba.
Una más que correcta presentación de estadounidense que coronó con canciones como "Loser" y "Where it's At", dejando una versión muy particular, con baile incluido, de "Billie Jean" de Michael Jackson. Un show que permitió al público volver a los éxitos de mediados de los noventas, previa perfecta para ver a Blur.