La muerte de Whitney Houston dejó un vacío en sus fanáticos.
La voz y el carisma de la cantante siguen en sus discos y películas, pero para un seguidor eso no fue suficiente.
Matthew Krauthamer reunió todo el dinero que pudo y compró la mansión que la morena tenía en Nueva Jersey, por la que pagó un millón y medio de dólares, mucho menos que lo que pagó Houston en 1987 por ella, 2.7 millones de la moneda norteamericana.
La casa cuenta con cinco dormitorios, seis baños, una gran pileta, dos jacuzzis y una cancha de tenis, todas instalaciones que disfrutó la cantante mientras vivió ahí junto a Bobby Brown, su esposo.
"Soy muy consciente de que hay que preservar lo que ella creó allí", dijo el comprador al Daily Mail.