Los inmigrantes que a menudo tratan de entrar a España por la frontera de Melilla no escatiman esfuerzos ni ingenio. La Guardia Civil española descubrió a un hombre que se escondía dentro del asiento del copiloto y, para no levantar ninguna sospecha, una persona se sentó encima de él.
La Guardia Civil difundió fotos del hecho para graficar cómo las mafias intentan burlar controles de seguridad de la frontera.
A simple vista, el vehículo -un Renault 7 con patente marroquí- se veía normal cuando llegó al paso fronterizo de Beni-Enzar la mañana del viernes.
Pero un detalle despertó sospechas de los policías fronterizos. Cuando hacían la revisión, un agente tocó el asiento y descubrió que la funda que lo recubría se sentía extraña al tacto, y que el supuesto relleno en realidad tenía una forma "humana", publica el diario El País.
Los tripulantes del vehículo habían quitado todo el relleno del asiento, dejándolo sólo con el armazón. En el interior se metió el inmigrante, un joven indocumentado de 20 años proveniente de Guinea.
La policía detuvo a los dos tripulantes y enfrentarán cargos por delito contra derechos de los ciudadanos extranjeros (tráfico de personas).
El inmigrante, en tanto, iba a ser expulsado de España.