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Isabel "la Católica" habría muerto de cáncer de útero no tratado

Otras teorías son diabetes, paludismo y vasculitis. La escasa información sólo permite conocer algunos de los síntomas que llevaron a la gobernadora a su muerte.

Francesca Cassinelli

Jueves 11 de diciembre de 2014

Un cáncer de útero sin tratamiento, debido a su extremo conservadurismo, sería la razón que llevó a la muerte a la reina Isabel "la Católica".

La gobernadora, que falleció en noviembre de 1504, reinó Castilla por treinta años y en sus últimos tres años al mando comenzó a manifestar síntomas de la enfermedad -aún sin diagnóstico claro- que la llevaría a la muerte.

Retención de líquido en los tejidos (hidropesía) o cáncer de útero son las hipótesis que manejan los historiadores, detalla Abc.es. Aunque este último padecimiento es el que provoca más acuerdo entre dichos profesionales.

Al respecto no abunda la información: sólo hay fuentes escritas de la época, y ninguna declara con precisión los síntomas que afectaron a la reina. Se sabe que antes de fallecer sufrió de prolongada fiebre, pero que se lo adujo a los "achaques de la edad".

También padeció hinchazón en sus piernas, aumento de peso y úlceras. Finalmente, y el signo que hace pensar en cáncer al útero: sus médicos localizaron antes de su muerte un tumor visible en la mujer, pero éste no es caracterizado ni atribuido a una parte específica de su cuerpo. Esto hace pensar que se trataba de una localización que la reina no juzgó necesario compartir publicamente.

Otras teorías

Algunas otras enfermedades que pudieron causar los síntomas descritos son fiebres tercianas, vasculitis primaria o secundaria, diabetes y hasta peste. El autor del libro "Historia Clínica de la última enfermedad de la Reina", Jaime G. Gómez dijo a Abc. es que la peste podía haber sido causada por un rebrote de la enfermedad que se registró en 1504.

Finalmente, la depresión es una de las enfermedades que comúnmente se le han atribuido a Isabel de Castilla. Tras la muerte prematura de su hijo Juan -heredero al trono-, de su hija mayor Isabel y de su nieto Miguel, los historiadores creen que se pudo haber desencadenado el trastorno.

A dichos sucesos se le agregan las infidelidades de su esposo Fernando y los problemas mentales que su hija Juana evidenció a finales de la vida de Isabel. Estos incluso motivaron que la reina aceptara que Juana heredara el trono, pero escribiera en sus testamento que las decisiones en torno al reino las tomara su esposo.

Foto: Agencia Uno.