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Un hombre sin corazón

Un cardiólogo sustituyó el "motor" de su organismo por un mecanismo de bombas.

Carlos Serrano

Jueves 28 de junio de 2012

Érase una vez un hombre sin corazón.

Podría ser la historia de un cuento infantil o algún tipo de historia con moraleja final.

Pero no, según cuentan los medios internacionales se trata de un caso real, el de Jakub Halik, un bombero checo de 37 años que vive sin corazón desde hace cuatro meses.

Por culpa de un tumor maligno, el cardiólogo Jan Pirik le extirpó el "motor" y fuente de vida del organismo humano, y lo sustituyó por dos bombas sin válvulas cardíacas, una que manda la sangre por la aorta y la otra, a los pulmones. Según asegura, "está contraindicado hacer un trasplante cuando hay en el corazón un tumor maligno", por lo que, ni corto ni perezoso, le sometió a una delicada intervención de ocho horas, con un total de 17 días en coma artificial, según informa el diario Clarín.

"Elpaciente sigue hospitalizado ya que tuvo que permanecer cierto tiempo en coma artificial. Poco a poco se está rehabilitando para recuperar su musculatura. No se puede bañar, sólo duchar y tiene que tomar anticoagulantes al igual que pacientes tras una sustitución de la válvula mitral. Por el momento, todo se está desarrollando sin complicaciones", señaló el médico.

Al parecer, hay un antecedente de hace años de la misma intervención en Estados Unidos, pero murió poco después.

La intención del equipo médico es monitorear entre seis y nueve meses la evolución del paciente, para comprobar que el tumor no se extiende y así poder trasplantarle un corazón real.

El juego de bombas que lleva Halik presenta varios problemas. Para empezar, hay que fijar con precisión la presión de bombeo de la sangre hacia los pulmones, ya que un exceso puede dañarlos. Asimismo, el paciente deberá cargar con las pilas del "invento" bajo los brazos: "Al igual que James Bond lleva los revólveres", bromeó el cirujano, una auténtica estrella mediática en la República Checa. La parte buena es que, al parecer, no se ven, pesan poco y duran entre 8 y12 horas, mientras que el equipo regulador se lleva como una riñonera.

También tiene contraindicaciones, ya que sólo podrá desplazarse lentamente, nada de esfuerzos físicos como subir una escalera o hacer deporte.

Ua historia, en fin, que se mueve entre la esperanza científica y el lógico escepticismo.

Una historia, en fin, de un hombre sin corazón ni pulso.