Belleza, calidez y una gran voz son algunas de las características de las que pudieron disfrutar las cerca de tres mil personas que llegaron al Movistar Arena a disfrutar del concierto de Joss Stone.
Acompañada de siete músicos y tres coristas, la cantante británica demostró por qué le llaman la "Princesa del soul" con un espectáculo centrado en la música y su conexión con el público.
Stone salió al escenario con una vestimenta hindú, descalza y con un termo lleno de té para realizar un recorrido por sus principales éxitos y canciones de su último disco "The Soul Sessions vol. 2".
Al cierre del espectáculo, Joss prometió volver por tercera vez a Chile -ya se presentó en 2008- y entregó rosas blancas a sus seguidores que quedaron más que satisfechos con lo presenciado.